Cultura

Una fiesta en el circo

  • El Maestranza acoge desde el viernes 'L'elisir d'amore', de Donizetti. La producción se inspira en el universo tierno y colorido de Fernando Botero.

Tras haber conmovido al público del Maestranza hace ya 13 años, el tímido e ingenuo Nemorino procurará conquistar de nuevo a la bella y esquiva Adina. L'elisir d'amore, de Gaetano Donizetti, regresa a Sevilla a partir de este viernes -y hasta el día 21- en una producción de la Nausica Ópera Internacional de Parma y con la promesa de hacer de ese reencuentro una celebración: el pueblecito italiano en el que transcurre la acción se ha animado gracias a la llegada del circo, lo que propiciará en el montaje "una explosión de color".

"Desde que se abre el telón, quiero que lo que se encuentre el espectador sea una fiesta", anticipa el director de escena Víctor García Sierra, a quien se le ocurrió la nueva adaptación cuando veía una serie del artista Fernando Botero, El circo. En la tierna voluptuosidad de sus criaturas, el especialista fue identificando a cada uno de los personajes de L'elisir d'amore, "por casualidad o por suerte me fueron encajando", dice; y así fue creciendo en él su interés por demostrar que "esas personas gorditas existen en la vida real". El trato reforzó la complicidad entre García Sierra y el escultor y pintor colombiano, con el que se identifica en la idea de que la creación debe ser accesible, buscar sin rodeos el corazón del espectador: "Él piensa que las bellas artes no necesitan de un experto que lo explique todo. Algo representativo es que hay autores que detestan que se toque su obra, y a él le gusta que la gente se detenga en las curvas de sus figuras. El arte nos hace cambiar la realidad, soñar", expone el director sobre Botero, con el que según anunció ayer prepara ya otro proyecto, un Rigoletto.

Tanto el director musical Yves Abel como la soprano María José Moreno subrayan ese componente lúdico del montaje concebido por García Sierra. "Alguna producción en la que he participado parecía más una versión en concierto, cada intérprete entraba y cantaba algo y se iba. No tenía la fisicidad que hay en este espectáculo", asegura el canadiense, invitado habitual en algunos de los teatros más importantes del mundo, sobre el dinamismo que posee esta versión. "Aquí quien venga no se va a aburrir", promete por su parte la soprano, que reconoce reírse "cada día en los ensayos" porque este L'elisir d'amore "tiene partes muy divertidas". La granadina, que comparte protagonismo con el tenor Joshua Guerrero (Nemorino), admite asimismo que encarnar esta vez a Adina no ha sido tan fácil como otras veces: "Aquí está concebida como más niña y eso ha cambiado mi forma de moverme, lo ha cambiado todo. Ha sido un reto pero he conseguido hacer mi Adina".

Pero L'elisir d'amore -de la que se edita un libreto gracias al patrocinio de la marca de joyería y accesorios Freywille- es "demasiado completa para ser sólo una ópera bufa", como señala García Sierra. No en vano, la obra de Donizetti contiene una de las arias más célebres y emotivas del repertorio lírico, Una furtiva lacrima. "El público va a venir a divertirse", apunta el barítono Massimo Cavaletti, que interpreta al sargento Belcore, "pero más allá de una producción bonita va a ver una experiencia muy honda".

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