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Cultura

El flamenco 'Estrambótico' de Gero Domínguez llega hoy a Cajasol

  • El bailaor malagueño se adentra en su nuevo espectáculo en el "desafío" de conjugar su baile con la música barroca

Atrevido, inquieto e inconformista, como él mismo se define, es evidente que lo de Gero Domínguez es "explorar sin prejuicios". En FundaMETALmente flamenco, la ópera prima con su compañía que estrenó en 2011, ya se atrevió a bailar rock y electrónica por bulerías. En Vanguardias y retaguardias, el espectáculo que presentó en la pasada Bienal de Sevilla dentro del ciclo 48 noches en la UNIA, se acercó a lo experimental pero con la ortodoxia como telón de fondo. Y ahora, en Estrambótico, el espectáculo que presenta hoy a las 21:00 en Cajasol dentro del ciclo Cita con las músicas, el bailaor recurre a la música barroca en busca de la "libertad" que no encuentra en el flamenco.

El malagueño, nacido en 1985, se aleja del flamenco en lo formal y en lo musical para adentrarse en un "desafío coreográfico y dancístico", para el que contará con la complicidad de Manu Cabrera (violín), Daniel Díaz (piano), Jesús Campos (percusión) y Carlos García (violonchelo). Las composiciones de Bach, Haendel y Vivaldi serán en este nuevo trabajo del bailaor el "sostén indispensable" para plasmar las "nuevas formas de expresión" que le pide su cuerpo.

"El trabajo ha sido muy duro, ha supuesto mucha investigación y muchas horas con los músicos", explica él sobre el proceso de poner a dialogar el flamenco contemporáneo con una sonata de Bach. "Los tiempos, la música, los instrumentos barrocos... sugieren cosas completamente distintas a las del flamenco. Requieren de un oído y una atención muy especial, a la que no había estado acostumbrado. Ha sido un reto difícil", reconoce.

Pero la recompensa ha valido la pena, dice. Como frutos de ese duro trabajo ha conseguido "la capacidad de sentir de otra manera, de improvisar y desarrollar una mayor sensibilidad". "Y también me ha ayudado a templarme", añade: "Me gusta dejar que el cuerpo se exprese desde su razón más primitiva. Deconstruir todo lo que tiene una estructura pretedeterminada y probar sin miedo".

Pese a su necesidad artística de investigar terrenos ajenos -"no concibo mi vida sin sacar los pies del plato", admite- Domínguez, que se ha formado con Andrés Marín, Israel Galván, Juana Amaya e Isabel Bayón entre otros, se siente ante todo flamenco. "Quiera o no quiera está presente en mí y aparece en todo lo que hago", concede. "Pero estos proyectos me hacen seguir avanzando y sentirme vivo", matiza.

No obstante, el intérprete no se considera un bicho raro dentro del flamenco. "Bicho sí, raro no", bromea. "Seguro que habrá alguno que todavía me vea raro, pero no me molesta -concluye-. Lo que quiero es mostrar mi forma de ver el mundo y que los amantes de la música y de la danza disfruten".

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