Manuel Salinas (Sevilla, 1940) está a punto de hacer las maletas para participar del 18 al 23 de este mes en la principal feria portuguesa de arte contemporáneo con su galería habitual, La Caja China. En esta sala del barrio del Arenal se muestran ahora sus últimos trabajos, Pinturas, un conjunto de 32 lienzos de formato variado con los que este creador que se define como "abstracto estricto" protagoniza, hasta el 11 de diciembre, una de las citas inexcusables de la temporada.

-Desde 2006, cuando presentó obras sobre papel en esta galería, no exponía en Sevilla. ¿Qué ha preparado para este regreso?

-Un conjunto de gran coherencia concebido como una obra única. Son 32 óleos sobre lienzo que he pintado de un tirón este verano, cuando la ciudad está sola, las ideas se aclaran, te concentras mejor y la pintura se seca antes. Fue un encargo que Piluca, mi galerista, convirtió en mi veraneo. El montaje, a cargo de Pepe Soto y Pepe Barragán, me gusta mucho y acentúa esa unidad entre las obras.

-Desde los años 80 inició un camino propio, ajeno a las modas e influido por el expresionismo abstracto norteamericano. ¿Hay algún rasgo que distinga esta nueva entrega de las anteriores?

-Ha sido un proceso muy lento. He pintado encima, borrado, buscando siempre el equilibro. El color está muy deshecho en estos cuadros que tienen también menos arquitecturas y estructuras geométricas de lo que es habitual en mí. Pepe Barragán asegura que siempre estoy investigando dentro de la abstracción y que cada serie es distinta de la anterior. Es algo que no puedo prever porque surge del propio proceso creativo.

-El color inunda estos cuadros pero en todos ellos introduce trazos negros y grises. ¿Por qué?

-Hay azules, muchos grises y esos rojos que tanto me gusta resaltar frente al cadmio. Me interesó aquí el contraste de pinceladas, de brochazos, y que el color tuviera la máxima fuerza aplicándolo puro y contraponiéndolo con trazos negros. También recurro al lápiz, me gusta integrarlo en el lienzo.

-Muchos pintores han hallado en su obra un referente de coherencia y oficio en un período en el que la pintura estuvo relegada frente a otras disciplinas.

-Es muy hermoso el interés que la pintura despierta en Sevilla en estos momentos. Creo que a la generación nueva le interesa más que a la anterior. Muchos pintores jóvenes coleccionan mi obra y yo también aprecio mucho su trabajo.

-Su cartel anunciador de la temporada taurina fue muy aceptado. ¿Qué supuso para usted el reto?

-Lo pasé muy bien pintándolo. Los toros me encantan. No puedo dejar de mostrar mi agradecimiento a la Real Maestranza por encargármelo y permitirme adentrarme en un campo muy diferente.