Los hijos perdidos de Rusia

Crítica de Cine

El actor Aleksey Rozin, en una escena de 'Sin amor'.
El actor Aleksey Rozin, en una escena de 'Sin amor'.

La ficha

** 'Sin amor'. Drama, Rusia, 2017, 124 min. Dirección: Andrey Zvyagintsev. Guión: Andrey Zvyagintsev, Oleg Negin. Fotografía: Mikhail Krichman. Música: Evgeni y Andrei Galperine. Intérpretes: Maryana Spivak, Aleksey Rozin, Matvey Novikov, Marina Vasilyeva, Andris Keishs, Alexey Fateev.

Andrey Zvyagitnsev dejó de mirarse en Tarkovski (El regreso, The banishment) para autoproclamarse, junto a Loznitsa o German Jr., como el nuevo retratista oficial de la Rusia contemporánea y su podredumbre moral (Elena, Leviathan) en unas nuevas claves más cercanas al cine de género aunque con una misma (sobre)carga metafórica para espectadores poco intrépidos.

Candidata al Oscar y ganadora de numerosos premios de temporada (entre ellos el del Jurado de Cannes), Sin amor prolonga este sendero oscuro y moralista para levantar acta del desarraigo y la pérdida de valores de la emergente clase media-alta rusa, esa que se multiplica al amparo del pelotazo y la corrupción y que es capaz de dejar en la estacada a sus propios hijos con tal de mantenerse en el nuevo estatus otorgado por las feroces dinámicas del neocapitalismo en su versión post-soviética.

Zvyagintsev traza un paisaje urbano invernal de desolación y ruina para acompañar el proceso de descomposición de una familia acelerado por la desaparición del hijo único y la posterior pesquisa de búsqueda, en un mensaje más que evidente y explícito (como casi todo en esta película, incluida su elegante estilización formal) de esa orfandad de las nuevas generaciones que el cineasta busca entre edificios y parques abandonados y sobrecargando más de la cuenta ese grado de crueldad, fealdad y distanciamiento afectivo de unos personajes demasiado movidos por los hilos de un asfixiante pesimismo de diseño tan caro a cineastas europeos como Haneke y sus discípulos Lanthimos, Östlund y compañía.

stats