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Literatura

Antonio Machado: motivos para la emoción

  • Alfonso Guerra abre en el Ateneo de Sevilla unas jornadas de la Fundación Unicaja a propósito de 'La diosa Razón', la obra de teatro inédita de los hermanos que ha visto la luz en Alianza

El presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, junto a Alfonso Guerra, en el Ateneo de Sevilla.

El presidente de la Fundación Unicaja, Braulio Medel, junto a Alfonso Guerra, en el Ateneo de Sevilla. / Juan Carlos Muñoz

En un año plagado de "hallazgos", como la publicación de la obra de teatro La diosa Razón, coescrita por Antonio y Manuel Machado, la llegada a las librerías de El remitente misterioso y otros relatos inéditos de un joven Marcel Proust o la aparición de Vivir la lucidez: todos los Carnets, el diario discontinuo de Albert Camus, situaciones "excepcionales para quien se apasiona con la literatura", el ex vicepresidente del Gobierno Alfonso Guerra quiso abrir las jornadas que la Fundación Unicaja dedica este miércoles y jueves a los hermanos Machado en el Ateneo de Sevilla enumerando esos y otros motivos para el entusiasmo. Acompañado de Braulio Medel, el presidente de la Fundación Unicaja, quien definió al político como "machadiano de pro", Guerra volvió a decantarse por la producción poética de Antonio frente a la de Manuel –"uno es más profundo y filosófico, el otro más ligero, lo digo como un piropo"–, precisó que guarda en su ordenador "31 conferencias" sobre el autor de Campos de Castilla y compartió con el público episodios ligados a un creador al que ha leído "muchísimo" y que todavía le sigue conmoviendo.

Guerra, elegido recientemente nuevo miembro de la Real Academia Sevillana de Buenas Letras, aludió entre las piezas preciadas que conserva a una carta en la que el poeta sevillano envía cuatro cantares a Concha Alfaya, maestra a la que "apenas conoce", pero con la que coincidió en las Misiones Pedagógicas, y a su hermana. La falta de solemnidad con la que actuaba Machado se percibe en un papel "arrugado, con tantas manchas, tan imposible que las señoritas cogen los cantares y los copian por detrás de la carta". El ponente también afirma sentir "una emoción extraordinaria" por unas páginas de respeto que Machado dedicó a Emiliano Barral, "el gran escultor que le hizo un famoso busto que yo he tenido durante 40 años, y que los sevillanos saben que estuvo durante muchos años en la librería Antonio Machado".

En su charla, Guerra leyó igualmente "un poema de Antonio Machado que ustedes no conocen, y que no puedo asegurar si es suyo realmente", comentó, antes de explicar una historia digna del más evocador de los relatos: Kalinka Pradal, hija del político, periodista y arquitecto Gabriel Pradal, viajaba por Andalucía en un tren y le apuntó a una señora que ocupaba su compartimento que los paisajes que desfilaban tras la ventanilla le traían, inevitablemente, el recuerdo de Machado. Aquella interlocutora le confesó entonces que en una ocasión el poeta le había anotado unos versos en su abanico, una pieza que había perdido en una mudanza pero cuyo contenido nunca olvidaría, unas líneas que describían "la pelea entre el aire que roza la cintura y el aire que da el abanico y llega al rostro". El conferenciante cree "interesante hacer especulaciones sobre este poema, que probablemente sea de él".

"Los hermanos", apunta Guerra, "eran distintos en su poesía y en su vida, pero en el teatro se complementaban”

De otros recuerdos sí quedan pruebas más evidentes, pero estos tampoco tuvieron la difusión que habrían merecido. Guerra apunta que si bien la declaración oficial que encargó el Gobierno de la República a Antonio Machado al cumplirse un año del 18 de julio de 1936 es "conocida por todo el mundo, porque está publicada en sus Obras completas", la que escribiría en el segundo aniversario no vio la luz. "Nosotros, hombres de ciencias, profesores, literatos, artistas, consagrados por hábito y vocación a las faenas de la inteligencia, ajenos a todo interés de partido, prescindiendo de nuestras muy diversas ideologías políticas, cumpliendo con un estricto deber de ciudadanía, expresamos entonces nuestra más firme adhesión al Gobierno legítimo de la República, auténtica y veraz representación de la voluntad nacional", proclama el poeta en ese texto.

A propósito de la edición que Alianza ha sacado de La diosa Razón, a partir del trabajo realizado por los especialistas Rafael Alarcón Sierra y Antonio Rodríguez Almodóvar con los fondos de la Fundación Unicaja, Guerra celebra la rara sintonía que encontraban como dramaturgos dos hermanos cuyas "poesía, formas de vida, caracteres" eran diferentes, y sin embargo "es difícil saber quién de los dos escribe unos diálogos o una escena". Para el veterano, La diosa Razón es el "mejor" de los textos teatrales que alumbró este tándem, "el más valiente y el más cargado de pensamiento", una creación "en la que dan un salto muy grande, pasan de lo castizo, de contar la historia de un bandolero que se enamora de una noble, que es asesinada por una gitana celosa [La duquesa de Benamejí] a meterse en los salones de la Revolución Francesa. Sorprende además porque Antonio odiaba todo lo francés, después de que en un viaje a París, un 14 de julio, con la ciudad en fiestas, Leonor enfermara y él buscara desesperadamente un médico".

Antonio Rodríguez Almodóvar y Rafael Alarcón Sierra. Antonio Rodríguez Almodóvar y Rafael Alarcón Sierra.

Antonio Rodríguez Almodóvar y Rafael Alarcón Sierra. / Juan Carlos Muñoz

Rafael Alarcón Sierra y Antonio Rodríguez Almodóvar, por su parte, analizaron el "trabajo intensísimo" de reconstrucción de La diosa Razón, "buscando papeles, ordenando manuscritos de muy diversa índole, escritos a vuelapluma en los que se ve que a Antonio o a Manuel se les ocurren cosas, todo estaba mezclado", recuerda Rodríguez Almodóvar, que junto a su compañero en este proyecto explicó "cómo fuimos reuniendo datos más precisos, más escenas, hasta que llegamos a la conclusión de que la obra estaba prácticamente entera".

La complejidad del personaje de Susana Montalbán, alter ego de la española Teresa Cabarrús, y su peripecia tiene fascinados a los investigadores. "Yo estoy muy interesado en saber qué pensaban los Machado realmente de la Revolución Francesa", admite Rodríguez Almodóvar. "Ese episodio ha sido siempre motivo de debate, aquí en España también, porque sufrimos las consecuencias con la invasión napoleónica, no nos es algo ajeno. Estoy estudiando el último acto, la última discusión entre Susana y Tallien es precisamente sobre eso".

Las jornadas continuarán este jueves a partir de las 18:00 con la conferencia La relación de Antonio Machado con sus hermanos durante el exilio a cargo de Monique Alonso, investigadora y una de las impulsoras de la Fundación Antonio Machado Collioure. Tras ella, el catedrático de Literatura Española Alberto Romero Ferrer ofrecerá la charla La Diosa Razón en el contexto del teatro machadiano: de la Ilustración al exilio, y la sobrina nieta de Antonio Machado, Mercedes de Lecea, clausurará las jornadas con su intervención El último viaje de los hermanos Machado.

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