Avalada por su enorme éxito en Japón, donde ha recaudado cifras que la sitúan como la cuarta cinta más taquillera de su historia, Your name desembarca en la cartelera como otra muestra más de la riqueza y la versatilidad del anime, demostración, indudablemente vinculada al universo juvenil y adolescente, de que sus relatos y su estética van más siempre allá de unos mismos temas (del humanismo al cyberpunk), tramas o modos coloristas protagonizados por personajes de ojos grandes.

La hermosa película de Makoto Shinkai (Viaje a Agartha, 5 cm. por segundo, El jardín de las palabras) integra con portentosa ligereza y apuntes líricos el romance, la ancestral tradición mágica y la fantasía en una verdadera y luminosa filigrana narrativa que comunica los tiempos, los cuerpos (y sus respectivos géneros), los sueños y las vidas separadas de Mitsuha y Taki entre los contornos de un pequeño y aburrido pueblo y la gran ciudad de Tokyo, dos ámbitos trazados desde el más generoso gusto por el detalle en lo que respecta a la luz, los volúmenes, el movimiento y las atmósferas orgánicas.

Más allá de sus peajes comerciales (las dichosas cancioncitas pop), Your name funciona de manera prodigiosa y se disfruta sin complejos en su coherencia cuántica de tiempos entrelazados, desfasados y superpuestos en busca de catarsis y sublimación, en sus pinceladas de humor, en esa lograda densidad romántica generacional que trasciende y comunica los espacios para hacer del dibujo animado ese lugar posible donde materializar lo imposible.