perico sambeat. saxofonista

Un músico de ida y vuelta

  • El veterano músico valenciano ha dedicado su último proyecto, que presentó en la décima y reciente edición del Festival de Jazz de Cádiz, a hacer suyas las composiciones de Frank Zappa

El saxofonista Perico Sambeat (Godella, Valencia, 1962).

El saxofonista Perico Sambeat (Godella, Valencia, 1962). / muriel albiru

Con un cuarto de siglo de música a sus espaldas, el saxofonista y flautista Perico Sambeat está instalado ya en un espacio creativo que responde antes a una necesidad propia que a una exigencia ajena. Respetado por el público y por sus colegas, el valenciano (Godella, 1962) marca los tiempos de una destacada trayectoria cuyo último proyecto se centra en la obra del inclasificable Frank Zappa (1940-1993). Un músico de fabulosa y heterodoxa dimensión que trascendió el ámbito meramente artístico y musical para abordar comprometidos posicionamientos políticos y sociales.

"En realidad fue idea de Chevy Martínez, que es el regidor de la programación del Jimmy Glass Jazz Bar de Valencia. Cada año para su festival me sugiere algún programa para hacer", explica el saxofonista sobre el origen del álbum, que presentó el pasado viernes en la décima edición del Festival de Jazz de Cádiz. "En esta ocasión -continúa-, me comentó lo de Zappa y le dije que era perfecto porque yo soy muy fan suyo desde pequeñito y tengo todos los vinilos. Como no disponía de mucho tiempo, pensaba que iba a ser sencillo y encontraría sus partituras en internet. Pero no fue así y tuve que hacer un trabajo de transcripción colosal. En gran parte fue culpa mía, porque Zappa es un hombre que combina en sus discos temas de complejidad laberíntica con otros de una simplicidad pasmosa. Y yo elegí algunos de los más complejos de toda su obra. Entre ellos Peaches en Regalia, que yo considero su himno. Aunque es el tema que considero menos mío ya que se trata prácticamente de la transcripción exacta adaptada al formato de octeto con el que grabamos el álbum".

Los estereotipos y los patrones son terribles. Yo intento inculcar el amor por el riesgo y la búsqueda"

Zappa también comparte con Sambeat una lectura permeable y ecléctica de la música que el valenciano ha concretado en proyectos como Xangoa e Elàstic: "En realidad, no sé si mi trayectoria responde a un movimiento consciente o a algo espontáneo. Simplemente me he dejado llevar por mis gustos y mi apetencia y me he dado cuenta de que son muy eclécticos. Nunca he querido encasillarme. Aunque en cierta manera me honraba, tampoco quería que me catalogaran en mis comienzos como saxofonista de hard-bop porque mi intención no era quedarme ahí. Estoy feliz abarcando otros aspectos de la música. Además, también supone un reto intentar mantener mi voz en distintos lugares".

Es precisamente la capacidad de Sambeat para mantener su identidad en ámbitos tan distintos lo que otorga más recorrido y dinamismo a una carrera que, además, puede presumir de ello: "A veces me sorprende escuchar a aficionados al jazz con muchos prejuicios, que niegan todo acercamiento a otra música. Creo que están un poco cegados porque, en el fondo, lo que rechazan es la esencia misma del jazz, que desde su nacimiento se ha ido enriqueciendo con otras influencias. De hecho, no se podría concebir el jazz sin esa mezcla de culturas".

Esta apertura de miras también se pone de manifiesto en la amplia variedad de formatos instrumentales que el músico ha utilizado para canalizar su trabajo, desde la big band al pequeño combo. "En realidad -dice- no sabría decir en qué formato me encuentro más a gusto. Me siento feliz en todos y me gusta ir variando".

Otra de las facetas de Perico Sambeat es la docente, curtida durante décadas a través de numerosos cursos y seminarios. El músico y compositor subraya la importancia de la educación como marco para propulsar la creatividad de los jóvenes: "Si uno tiene talento, de una manera u otra acabará tocando increíble. No obstante, hay un peligro, un lado oscuro en esto de la enseñanza desde el momento en que se puede caer en estereotipos y en el mundo de los patrones. Es terrible. Yo siempre he intentado inculcar a mis alumnos el amor por el riesgo y por la búsqueda, aunque es un camino difícil y exige mucha voluntad. Si ya es complejo llegar a ser un buen imitador... Eso sí, tener asimilada la tradición es algo básico para poder llevar a cabo pasos adelante".

Fruto de ese proceso educativo, el jazz español parece vivir momentos de expansión de la mano de distintas y valiosas generaciones de músicos que también están contribuyendo a rejuvenecer púbicos: "Lo veo maravilloso. Ocurre más en España que en otros países europeos como Inglaterra, donde el público suele ser septuagenario", apunta. Este optimismo también es trasladable al marco de festivales o clubes, aunque con matices. "De las escuelas superiores sale gente increíblemente preparada -asegura-, gente que toca muy bien y tiene grandes ideas... pero no encuentra lugares en los que llevar adelante su carrera como músicos. Eso es duro. Ha crecido y mejorado mucho la docencia pero no tanto las infraestructuras. No abundan los locales que apuestan por una programación continua de jazz. En cambio, se ha producido un fenómeno muy curioso y loable que es la propagación de asociaciones de amigos del jazz. Suelen organizar los conciertos en los que de hecho me encuentro más a gusto porque demuestran continuamente que aman esta música y le ponen toda la pasión".

Por otro lado, el interés de Perico Sambeat como aficionado tampoco decae y sigue alimentando su bagaje con músicas ajenas: "Muy al día no estoy pero escucho a Ravel todo el tiempo, a los clásicos del jazz y a algunos colegas que me pasan sus discos como por ejemplos el pianista Moisés Sánchez o a Albert Sanz, que me encanta tanto en big band como en trío".

Como consecuencia, su música, en un permanente viaje de ida y vuelta, no duda en relanzar etapas pasadas de la mano de su más reciente trabajo discográfico, Pórtico, registrado en formato quinteto junto al trompetista norteamericano Joe Magnarelli y publicado este mismo año. Es, como explica el músico valenciano, ni más ni menos que "una vuelta a mis orígenes, después de picotear por tantos y tan distintos estilos". "Volver a hacer un disco de hard-bop, y más con alguien del nivel de Magnarelli, me da una alegría que no veas".

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