Guitarra, folclore y nacionalismo

Orquesta Bética de Cámara. Concierto 4 | Crítica

Santiago Lara y Michael con la Orquesta Bética de Cámara en el Espacio Turina
Santiago Lara y Michael con la Orquesta Bética de Cámara en el Espacio Turina / Micaela Galván

La ficha

ORQUESTA BÉTICA DE CÁMARA

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Temporada 2024-25. Concierto 4. Solista: Santiago Lara, guitarra. Orquesta Bética de Cámara. Director: Michael Thomas.

Programa: Nuestra Tierra de hoy y de ayer

Isaac Albéniz (1860-1909): Córdoba [1894]

Óscar Esplá (1886-1976): Don Quijote velando las armas [1924]

Santiago Lara (1984): Concierto nº1 para guitarra y orquesta [2023]

Amadeo Roldán (1900-1939): Suite del ballet La Rebambaramba [1928]

Isaac Albéniz: Sevilla [1885]

Lugar: Espacio Turina. Fecha: Sábado 15 de marzo. Aforo: Tres cuartos de entrada.

El concierto empezó y terminó con dos obras de Albéniz en orquestaciones desconocidas (nada se decía de ello en el programa de mano). Para empezar, una Córdoba que arrancó en pianissimo y fue construida desde la perspectiva del color, con fraseo uniforme y escaso relieve dinámico; para terminar, una Sevilla igual de plana.

El centro del recital era un Concierto para guitarra española [sic] y orquesta nº1 de Santiago Lara, un jerezano que defendió con pundonor su obra, escrita en los tres tiempos clásicos, con los extremos de carácter esencialmente rítmico (el tercero era un garrotín), cajón flamenco incluido, y el central en forma de cantinela llena de referencias a obras muy notables de la tradición española para el instrumento. Obra bien escrita para la guitarra, armónicamente sencilla, orquestada sin especial sutileza y que Lara tocó con su instrumento amplificado, lo que ocasionó abundantes problemas de balance con la orquesta, con pasajes verdaderamente confusos. El éxito fue notable, pero Lara no concedió propinas.

Antes de la obra de Lara, Thomas tocó el Don Quijote velando las armas que en su día Óscar Esplá escribió para la Bética, y lo hizo con la misma falta de variedad en el fraseo y en los acentos que el resto del programa. En las transiciones, el empaste del conjunto flaqueaba y la música se enflaquecía hasta el desfallecimiento. En el ballet La Rebambaramba el cubano nacido en París Amadeo Roldán recogió el ambiente de su época con una mirada al folclore afrocubano (temas populares incluidos) resuelto con algunas gotas de modernismo, que hace de la obra, de la que se tocó la suite, un juego continuo con el color sinfónico y los ritmos. Como en el resto del recital la falta de contraste en el fraseo y en las dinámicas restó vistosidad a una música que derrocha sensualidad.

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