Teatro

José María Pou vuelve al manantial de Shakespeare

  • El veterano interpreta a Falstaff en 'Erresuma / Kingdom / Reino', un espectáculo sobre la codicia, el poder y la violencia que dirige Calixto Bieito y llega al Lope de Vega este fin de semana

José María Pou, segundo por la izquierda, en una escena de ‘Erresuma/ Kingdom/ Reino’.

José María Pou, segundo por la izquierda, en una escena de ‘Erresuma/ Kingdom/ Reino’. / E. Moreno Esquibel

Durante un tiempo, José María Pou (Mollet del Vallès, Barcelona, 1944) llegó a temer que había caído sobre él una especie de "maldición" que le impediría representar a Shakespeare. Él, uno de los actores más solicitados y reconocidos, nunca encontraba la oportunidad de adentrarse en la palabra y los personajes del bardo de Stratford-upon-Avon. Pasaban las décadas y aquel coloso se le resistía, una y otra vez. "Me ofrecían obras, pero siempre era cuando tenía cerrados algunos compromisos que no podía ni quería abandonar", recuerda el veterano, que desde jovencito había intuido, en las funciones de Hamlet a las que acudía como espectador, que el dramaturgo inglés era un manantial que nunca se secaba. "Shakespeare es una de las cosas más grandes que le ha ocurrido al teatro, y no sólo al teatro y a la literatura, yo diría que también a la vida. Harold Bloom tituló uno de sus últimos libros Shakespeare. La invención de lo humano, y con ese título un especialista como Bloom lo ponía, con razón, a la altura de un Dios", analiza Pou, que se disculpa "por repetir algo que ya he dicho en otras entrevistas, pero que me parece revelador. Si alguien hubiese venido al principio de mi carrera y me hubiese dicho: ‘Mira, José María, firmamos un contrato por el que sólo harás obras de Shakespeare, nada más’, yo hubiera firmado, por supuesto, porque en Shakespeare está todo, todo lo que un actor puede desear. Ese abanico de personajes, de situaciones, esos parlamentos maravillosos...", enumera. Ahora, el catalán se mete en la piel del "grandísimo" Falstaff en Erresuma / Kingdom / Reino, una producción del Teatro Arriaga de Bilbao en la que asegura haber "salido" de su "zona de confort" y estar alimentándose de la "energía" de una compañía de actores vascos "jóvenes y talentosos", con la que visita Sevilla, el Teatro Lope de Vega más concretamente, el sábado y el domingo.

Pou vuelve a colaborar con Calixto Bieito, el director que puso fin a aquella singular maldición en 2004, cuando le propuso llevar a escena Rey Lear. "Mi primer Shakespeare fue por la puerta grande, sí, y con una edad que no me correspondía, porque la leyenda dice que Lear es ese gran personaje que los actores sólo pueden interpretar al final de su carrera, cuando tienen la suficiente experiencia para afrontar un desafío tan complejo", señala el actor, que sitúa las funciones que hicieron de El Rey Lear en el Lope de Vega entre "las noches más emocionantes de toda mi trayectoria. Al final, la gente aplaudía con esa forma de aplaudir que tenéis en el sur, haciendo palmas, y recuerdo que los espectadores fueron dejando las butacas y se fueron acercando al escenario, como si vinieran a entregarnos esa ovación...", rememora el intérprete. Después de aquella producción, Pou volvió a aliarse con Bieito en Forests, un montaje "que se parecía un poco en la estructura y en el tono a lo que hacemos ahora, allí planteábamos una sucesión de escenas de obras de Shakespeare que transcurren en un bosque", un espectáculo que le dio la oportunidad "de interpretar en inglés con actores de la  Royal Shakespeare Company. Sólo he trabajado tres veces con Calixto, y las tres veces han sido con Shakespeare, y las tres veces ha sido una alegría".

"Si un contrato me hubiese exigido trabajar sólo con Shakespeare, yo lo habría firmado. En sus obras está todo"

Erresuma/ Kingdom/ Reino condensa en una hora y cuarenta minutos las tragedias históricas del autor, "ese recorrido entre Ricardo II hasta Ricardo III, pasando por Enrique IV, V, VI...", como apunta Bieito, en el que la "brutalidad y la angustia" se entremezclan con "la poesía". Para Pou, el director muestra "cómo todos estos reyes llegaban al poder utilizando la violencia, asesinando al rey anterior, con su propia mano o a través de terceros. Calixto busca que los espectadores hagan su ejercicio mental y decidan si eso se paró en aquellos tiempos o si sigue prolongándose hasta la actualidad". En una enorme pantalla, al fondo del escenario, se proyecta un documento más reciente: las imágenes "de un famoso partido de fútbol, que los aficionados más mayores conocen y recuerdan", revela el actor, "la final de una Copa del Mundo de 1966 en la que se enfrentaron Inglaterra y Alemania y donde según la leyenda ganó Inglaterra haciendo trampas. Preside el palco de honor la reina Isabel de Inglaterra, con el aspecto rotundo y triunfador de los años 60, claro, no con el de ahora. El hecho de que veamos a esta monarca mientras seguimos en el escenario lo que hicieron sus antecesores plantea una especie de línea de continuidad, que nos lleva a preguntarnos por la actualidad de estos temas". 

José María Pou. José María Pou.

José María Pou. / David Ruano

Pou, que ya estuvo el pasado noviembre en el Lope de Vega con otra obra, Viejo amigo Cicerón, halla en este Reino la prueba de que Shakespeare posee "tanta o más vigencia que algunos dramaturgos actuales, y sigue resistiendo todas las lecturas e interpretaciones. Este espectáculo es un Shakespeare, y un Shakespeare histórico, pero que la gente no se asuste, no es un montaje con espadas y túnicas y vestuario antiguo; es un montaje, y en eso Calixto es un maestro en el teatro y en la ópera, que reúne lo más moderno de las artes actuales, lo que se hace ahora en los grandes teatros centroeuropeos. Calixto", prosigue el actor, "concibe la pieza como una instalación, con esa frialdad y blancura que tienen las paredes de las galerías de arte".

Pou, distinguido con el Nacional de Teatro entre otros muchos reconocimientos, siente que con esta aventura ha recobrado la ilusión del chaval que debutó en 1968 con aquel Marat-Sade que llevó a las tablas Marsillach, la fe del muchacho que se curtió en la compañía del Teatro María Guerrero. "Todo esto surgió de la invitación de Calixto, que dirige el Teatro Arriaga, para que me fuera a Bilbao y trabajara con él y con actores vascos –Joseba Apaolaza, Lucía Astigarraga, Ainhoa Etxebarria, Lander Otaola o Eneko Sagardoy, entre otros–", cuenta Pou, "y tengo que decir que yo me siento a veces el más joven de todos, ellos me han contagiado la energía y el talento que tienen. Esto, salir de mi zona de confort e irme a otra ciudad a ensayar dos meses, es lo mejor que podía hacer después de 54 años de trayectoria. Me ha rejuvenecido".

"Bieito quiere que cada espectador se pregunte si la violencia se sigue usando hoy para llegar al poder"

Pou, director del Teatre Romea, sigue creyendo en su profesión como una suerte de servicio público. "Más allá de satisfacer mi vocación, de mi ego o mi vanidad, yo me dedicaba a esto porque era, y es, mi manera de colaborar como ciudadano, con mi trabajo contribuyo a que reflexionemos sobre cómo vivimos, nos comportamos... Esos ideales no son incompatibles con el mero entretenimiento, ojo, que las comedias también pueden esconder auténticas bombas de relojería, tener su enjundia, no siempre hay que hacer teatro serio y trascendente. Para elegir un espectáculo u otro, siempre me pregunto si en la función el público se verá empujado al examen, a la reflexión, sentirá que se ha enriquecido espiritualmente. Y si es así, acepto el proyecto".

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