"El proyecto de Manuel Castillo no salió por falta de financiación pública"

Folclores de todos los rincones de España y homenajes a las grandes figuras de la lírica nacional completan la extensa discografía del tenor asturiano Joaquín Pixán, nacido en 1950 en Cangas del Narcea, a quien la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (Aecid) ha invitado a formar parte del repertorio que ofrecerá a las embajadas españolas durante 2017. Halagado por la propuesta, el intérprete trabaja ahora en la preparación del proyecto, a la vez que dedica tiempo a los otros trabajos que tiene entre manos, como en el que estaba inmerso minutos antes de esta entrevista, que consistirá en hacer un "reconocimiento desde España a ese autor que aparece inevitablemente en la memoria colectiva de todo el mundo como el autor más importante de música mexicana, José Alfredo Jiménez", y al que el tenor rendirá homenaje con ayuda de los arreglos del maestro Rubén Fuentes y la batuta del joven director de orquesta Nacho de Paz.

-¿Qué supone para su trayectoria la inclusión en el catálogo de la Aecid?

-Es un punto y seguido, no estoy poniéndole un broche final a mi carrera todavía. Es cierto que últimamente me estoy dedicando más a componer que a hacer música en directo, pero representar a España en el extranjero ante un público tan variado como el que se puede dar cita en las embajadas es toda una responsabilidad. Se trata de hacer una carta de presentación de la música española, así que, si al final todo sigue hacia delante, será un gran honor para mí.

-¿Qué tipo de repertorio tiene pensado?

-Fuera de España, para bien o para mal, cuando se habla de música española se está hablando directamente de música andaluza, tanto la popular como la clásica de Joaquín Turina o Manuel de Falla. Por supuesto, estos dos compositores serán motivo de la programación, pero también me centraré en la copla y el pasodoble, dos expresiones del folclore que conozco bien y a las que ya he dedicado alguno de mis trabajos.

-El pasado año publicó junto al poeta Antonio Gamoneda Tentativa de un cancionero asturiano para el siglo XXI. ¿Esconde de alguna manera este trabajo una reivindicación para ampliar la definición de música española que acaba de dar?

-Sí, en cierta forma es una reflexión que está implícita en el disco. Hay otras músicas en España que también merece la pena conocer.

-¿Por qué ese título tan cauteloso de tentativa?

-Era necesario presentarlo así, porque no sabíamos qué acogida iba a tener. Todo empezó a propuesta de Gamoneda, quien es el autor de todos los textos que se van entremezclando en el disco, así como de las letras de aquellos temas que son de producción propia, que es en torno al 60%. Pero a tenor de la respuesta de la crítica, creo que ya podemos quitar lo de tentativa.

-¿Qué es lo que propone este cancionero?

-Nos adentramos en el terreno de la música popular, de ámbito folclórico, aunque tratado desde un punto de vista poético muy cuidado. A nuestro entender, era necesario presentar unas cotas estéticas y artísticas muy altas que acompañasen a la reflexión que queremos que surja a raíz de este cancionero.

-Imagino que la labor de documentación e investigación detrás de esta grabación debe ser muy extensa.

-Sí, no ha sido algo que haya surgido de la noche a la mañana, sino del trabajo de tres años. Por mi parte, he hecho uso de la memoria que me llevaba a mi infancia, cuando lo que más cantaba eran las coplas andaluzas que llegaban por la radio y la música popular asturiana que escuchaba a mi alrededor. En el caso de Antonio [Gamoneda] también ha sido una vuelta a la niñez pero con un tono diferente, pues él es un asturiano que pronto se fue a vivir a León, así que ha sido como un reencuentro con sus orígenes y con los recuerdos de su madre.

-¿Hay intención de seguir ahondando en nuevas entregas del cancionero?

-Gamoneda-Pixán ha sido una sociedad puntual, pero, si el tiempo nos lo permite, no descartamos seguir haciendo intentos en esta línea.

-Dentro de su discografía hay muchos homenajes a grandes figuras españolas, como Rosalía de Castro o el sencillo de María Lejárraga. Sin embargo, en 2013, cuando quiso hacer lo mismo con Manuel Castillo y grabar toda su obra vocal, el proyecto se vio truncado por falta de financiación.

-En toda mi carrera ha sido el único proyecto de estas características que no he podido sacar adelante. Todavía no ha surgido por parte de las instituciones una sensibilidad económica que ayude a terminar este trabajo.

-¿Hasta qué punto estaba avanzado artísticamente este proyecto?

-Este era un trabajo en conjunto con el pianista Alejandro Zabala y todo ello estaba vertebrado e imbricado en el Conservatorio Superior de Música de Sevilla que lleva el nombre de Manuel Castillo, así que nuestros compañeros en este viaje musical eran gente de su entorno que habían trabajado con él. También pretendíamos grabar algunas piezas en el órgano de la Catedral.

-¿Ha explorado formas de financiación alternativa?

-Sí, nos planteamos el micromecenazgo, pero en ese momento parecía una inversión a fondo perdido sin ninguna garantía y no estábamos en condiciones de asumir esa responsabilidad. Hice también alguna gestión en ámbitos empresariales e incluso me puse en contacto con el Centro de Documentación de Andalucía, pero la cantidad que podían destinarnos era tan pequeñísima que era imposible abordarlo.

-En 2010 puso voz a las poesías del cordobés Pablo García Baena. En ese caso era la Junta de Andalucía la encargada de la producción.

-Sí, era un encargo que me hizo personalmente la consejera de cultura de ese momento, Rosa Torres, en un acto en el que coincidimos y al que también asistió el propio poeta. Aquello funcionó porque sí había financiación. Eran otros tiempos y al final todo esto depende de los políticos y de cómo quieran priorizar unos proyectos sobre otros.

-¿Cree que hay posibilidad de que en algún momento salga adelante este homenaje al compositor sevillano?

-Creo que no hace falta decir que Manuel Castillo es uno de los grandes compositores españoles y sería muy interesante dar a conocer todos los aspectos de su obra, también las de canto. La música comercial no necesita ningún empujón para ser consumida. Pero Manuel Castillo nunca será comercial y es obligación de las instituciones y entes públicos financiar y difundir, a través de las televisiones y radios públicas, este tipo de productos no comerciales.