"El público tiene sed de películas que le hagan pensar"

Rian Johnson dirige a Bruce Willis, Joseph Gordon-Levitt y Emily Blunt en 'Looper'.

"El público tiene sed de películas que le hagan pensar"
"El público tiene sed de películas que le hagan pensar"
Efe / Madrid

18 de octubre 2012 - 17:50

El director estadounidense Rian Johnson, que debutó en 2005 con la exitosa Brick, vuelve a las pantallas españolas con Looper, un enrevesado y curioso cuento de ciencia ficción donde el sicario Bruce Willis salta en el tiempo para evitar que su joven yo cometa los errores de desembocan en su muerte. "Todos los días jugamos con el tiempo, dando saltos por medio de la memoria hacia recuerdos que nos muestran cosas que nos gustaría cambiar, errores que hemos cometido, pero en mi opinión, no deberíamos quitar tiempo a nuestro presente pensando en el pasado", reflexiona el cineasta.

Looper está protagonizada por Bruce Willis, Joseph Gordon-Levitt (que repite con el director tras protagonizar su ópera prima) y Emily Blunt, y es también un thriller con acción, persecuciones, algo de cine del oeste y melodrama, que "enlaza directamente con Terminator", según reconoce Johnson.

Corre 2072 y los asesinatos están terminantemente prohibidos, pero la mafia sigue actuando y necesita eliminar a ciertos individuos. El mundo no ha cambiado mucho. Si acaso, ha empeorado. Las diferencias sociales se han acentuado y la tecnología ha hecho realidad la máquina del tiempo que, por supuesto, será utilizada ilegalmente por los grupos delictivos más fuertes para librarse de sus enemigos. De ese modo, los objetivos se envían al pasado, a 2042, donde hay asesinos a sueldo, conocidos como loopers, que se encargan de acabar con ellos y deshacerse de los cuerpos.

Esas rápidas ejecuciones, de estética fría y brutal, buscaban "golpear" al espectador. "Quería darles un puñetazo y que no hubiera nada frívolo o glamouroso, sino banal, un trabajo sucio que hay que hacer", dice Johnson. El problema surge cuando el encargo que recibe el looper Joe (Joseph Gordon-Levitt) es deshacerse de él mismo, un Joe con 30 años más de vida y experiencias (Bruce Willis) que no está dispuesto a que el Joe del presente impida llevar a cabo. "La trama no es sencilla, pero éstas son las películas que a mí me gustan", desvela el director, para quien el ejemplo a tener en cuenta es Christopher Nolan, un director capaz de hacer una película como Origen, con muchos elementos divertidos, pero que "te hace pensar para entrar en ello".

Johnson destaca el trabajo de Joseph Gordon-Levitt, "que fue espectacular, estudió a Willis, pero no en sus películas del pasado sino en las de hoy, pasó mucho tiempo con él y luego se puso el audio de Sin City en el iPod y lo oyó una y otra vez; no lo vio en Luz de luna porque no quería imitarle y creó un nuevo personaje".

De hecho, Gordon-Levitt se dejó colocar una prótesis en la nariz y sufrió unas cuantas horas de maquillaje para parecerse más a Willis. "El público tiene sed de películas que le hagan pensar, frente a las grandes superproducciones taquilleras de verano. A mí también me gustan las películas con espectáculo, pero si luego están huecas, aburren", afirma.

Johnson, que reconoce haberse servido de ciertos "trucos" para llevar al espectador por donde quiere, asegura que como guionista de la cinta se marcó unas reglas "que existen", explica, aunque no aparezcan o se cuenten en la película. Por ejemplo, eludir lo más posible que se trata de un mismo personaje hablando consigo mismo: "Prefiero pensar que es un hombre mayor hablando con uno más joven que le dice que no quiere ser como él, mientras el otro le dice que está cometiendo los mismos errores", comenta.

Johnson, que ha realizado algunos de los capítulos más sonados de Breaking Bad, como Fly o Fifty-One, una serie estadounidense con varios premios Emmy, también dibuja en Looper una sociedad saturada de drogas, en esta ocasión, como símbolo de decadencia, pero "las de Breaking Bad -dice- son más realistas y dan más miedo".

stats