Exposiciones

Teatro y fotografía en el verano de Unicaja

Rafael Valentín López y Antonio Rodríguez Almodóvar.

Rafael Valentín López y Antonio Rodríguez Almodóvar. / Fundación Unicaja

El Centro Fundación Unicaja de Sevilla, en la Avenida de la Palmera, propone este verano un reencuentro con la personalidad arrolladora de Carlos Pérez Siquier cuando aún no se han cumplido los dos años de la muerte de este referente de la fotografía española. El almeriense comparte una exposición con su paisano Jesús de Perceval, el pintor y escultor al que esta muestra reivindica también como un pionero en el uso de la cámara, una faceta por la que el creador fue menos conocido.

"Es verdad", analiza el responsable de Artes Escénicas de la Fundación Unicaja, Rafael Valentín López, que asistió a la inauguración de esta muestra que puede visitarse hasta el 31 de octubre, "que a Perceval se le valora más como pintor y como creador del movimiento indaliano, y su fotografía no tiene el reconocimiento que merece". Las imágenes que se han reunido, retratos de la gente humilde del barrio de La Chanca, confirman la profunda sensibilidad de un autor que también posee un absoluto dominio de la técnica y una gran intuición para la composición fotográfica.

'El cangrejo rojo', de Pérez Siquier. 'El cangrejo rojo', de Pérez Siquier.

'El cangrejo rojo', de Pérez Siquier. / D. S.

Pérez Siquier también se inspiró en La Chanca, pero en la exposición se da prioridad a las series que este "aliado del sol y productor de imágenes complejas fruto de la sobreexposición de la luz" dedicó a la playa. El intenso cromatismo y una afilada ironía son la marca de la casa de un maestro que supo extraer oro –y encontrar una inesperada belleza– en un paisaje aparentemente anodino al que había comenzado a llegar el turismo extranjero.

Las salas de Pérez Siquier, Perceval y la fotografía contemporánea se completan con una selección de obras de Manuel Falces López, José María Mellado, Francisco Uceda, Rodrigo Valero, Jorge Jiménez Rapallo y Carlos Felipe Ortiz, herederos de esa voluntad de ir más allá del retrato documental que caracterizó a sus predecesores.

Durante el verano, y en el mismo centro, se programa también la exposición El teatro de los Machado, comisariada por Antonio Rodríguez Almodóvar y organizada a partir de los fondos que posee la Fundación Unicaja de los poetas y dramaturgos sevillanos. El conjunto pone de manifiesto la relevancia que los Machado tuvieron en la cartelera teatral del país, con el repaso a algunas de las actrices que interpretaron sus textos –María Guerrero, Margarita Xirgú o Lola Membrives entre ellas– y algunas fotografías, una de ellas en las que los Machado posan con Miguel Primo de Rivera y su hijo José Antonio, que revelan el colosal éxito que alcanzaron con La Lola se va a los puertos. "El teatro", señala Rodríguez Almodóvar, "era la mayor fuente de ingresos de muchos autores, y los Machado no fueron una excepción. Como dramaturgos tuvieron triunfos extraordinarios".

La Xirgú con los Machado. La Xirgú con los Machado.

La Xirgú con los Machado. / D. S.

El teatro de los Machado revisa una carrera prolífica a través de los manuscritos de obras como Desdichas de la fortuna o Julianillo Valcárcel (1926), Las adelfas (1928) o El hombre que murió en la guerra, que no se estrenaría hasta 1941, de sus adaptaciones del Siglo de Oro y de notas en las que los dos hermanos demuestran una compenetración asombrosa. "Ése es quizás el mayor secreto de los Machado: cómo consiguieron semejante armonía", opina Rodríguez Almodóvar, que muestra también en esta sala el volumen de La Diosa Razón, el texto inédito de los Machado que editó junto con Rafael Alarcón Sierra. "Un hallazgo así es algo que se da, con suerte, una vez en la vida. Fue un trabajo que nos hizo tremendamente felices", asegura el escritor e investigador.

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