En busca del sonido primigenio de 'La Pasión según San Juan'

La sala Chicarreros de la Fundación Cajasol (12:00, entradas entre 10 y 12 euros), en la céntrica calle del mismo nombre, acoge mañana un concierto bastante peculiar -o quizás no tanto- en el que el grupo Música Sacra de Sevilla, bajo la dirección de Martí Sanmartí, un joven director afincado en Sevilla tras pasar unos años formándose en Holanda en la especialidad de interpretación histórica, músicos en su mayoría habituales de la Orquesta Barroca de Sevilla y un elenco vocal de primera línea interpretarán La Pasión según San Juan de Bach.

Peculiar porque será una versión minimalista, de voz por parte, con cuatro cantantes (la soprano Irene Román, el contratenor José Carrión, el tenor Paco Romero y el bajo Alejandro Ramírez) aparte del evangelista (el madrileño Miguel Bernal, "uno de los mejores tenores de España"), y con Rafael Ruibérriz y Toni Molina (flautas), Jacobo Díaz y Sergio Hernández (oboes), Leo Rossi y Nacho Ábalos (violines): Pablo Travé (viola), Luis Castillo (fagot), Patricia González (órgano) y el propio Sanmartí (violone y viola da gamba) a cargo de la parte instrumental. El planteamiento, muy despojado, casi "camerístico" y "muy intimista", obedece a una corriente de interpretación de la música antigua muy en boga actualmente, explica Sanmartí (Gerona, 1978).

"Dista bastante de las versiones que de esta obra solemos escuchar, con grandes coros", explica, y en general mayor aparatosidad. "Mi papel aquí, más que dirigir -añade-, es poner en común criterios, dar entradas, establecer tempos y dar alguna indicación general, aparte de las tareas organizativas. Todos sabemos cómo debe tocarse esta música, y una batuta no es necesaria. De hecho, cuando no hay una batuta en frente, los músicos se ven obligados a respirar y tocar como si fueran uno. Eso crea la unidad que necesita cualquier conjunto para sonar con la fuerza que nos caracteriza".

Y quizás no tan peculiar porque en realidad el propósito de Sanmartí es acercarse al máximo a la música que sonó en su momento -1724- en la iglesia de San Nicolás de Leipzig, donde se escuchó por primera vez esta prodigiosa pieza sacra de Bach. "Bach se regía mucho por las necesidades y las opciones de cada momento y por eso sus obras varían mucho en función de lo que tenía o no a mano. En este caso, la iglesia era muy pequeña, y allí no cabía un gran grupo en el escenario. Con el tiempo, las sucesivas versiones fueron teniendo ya una formacion más parecida a las que se suelen utilizar ahora, aunque en todo caso nunca eran coros muy grandes".

Entre las "sorpresas" que encontrará el público estará la aria Himmel reisse, que no aparece en el programa porque hasta última hora la formación no supo si la incluiría. "Muy probablemente -dice éste- Bach la terminó sustituyendo dada su tremenda dificultad. Pero dada su espectacularidad, y teniendo en cuenta que muy poca gente la habrá oído, merece ser afrontada sin duda".