La Zarzuela se ríe de la Ópera

La ficha
*****Zarzuela de Francisco A. Barbieri y libreto de José de la Villa del Valle y Luis Olona. Reparto: Andrés Merino, Marta García-Morales, Francisco Sánchez y Amando Martín. Adaptación del libreto: Alejandro Rull. Vestuario: Inmaculada Crespo. Coro y Orquesta de la Compañía Sevillana de Zarzuela. Dirección de escena: Marta García-Morales. Dirección musical: Elena Martínez. Lugar: Espacio Turina. Fecha: Viernes, 30 de mayo. Aforo: Lleno.
Frente a quienes abogaban a mediados del siglo XIX por la creación de una ópera española, Barbieri siempre defendió que el verdadero teatro musical hispano era la zarzuela, que no era necesario imitar el lenguaje de la ópera italiana. Y a esta tarea dedicó toda su vida como músico, creando desde bases asentadas en la música española y recurriendo al instrumental técnico europeo cuando era necesario. Gloria y peluca (1850) es un divertido ejemplo de esa confrontación entre la ópera y la zarzuela que Alejandro Rull ha sabido adaptar junto al sainete Los dos ciegos (1855) con gran sentido teatral y de la comicidad, sin que se note el zurcido entre ambas obras. Se han cuidado todos los detalles de la producción escénica, desde el vestuario de época al espectacular telón de fondo pintado expresamente para la ocasión por Irene Ugolini y Fernando García, de la Facultad de Bellas Artes. Junto a la dirección escénica de Marta García-Morales y los arreglos y dirección musical de Elena Martínez se ha conseguido un espectáculo redondo en lo teatral y brillante en lo musical, con una orquesta chispeante muy rossiniana y un coro también muy entonado. Elena, como siempre, ha mostrado llevar la zarzuela en la sangre y saber imprimir a orquesta y cantantes toda la fuerza rítmica que alienta en la música de Barbieri, con momentos tan subyugantes como el tango "Un neguito y una nega" y sus ritmos cambiantes.
Buena parte del divertido resultado recae en un grupo de excelentes cantantes y actores. Andrés Merino estuvo soberbio, con voz perfectamente proyectada y flexible como para cantar un terceto consigo mismo de forma espectacular. Amando Martín lució dotes canoras, especialmente en su romanza que imita el famoso "La donna è mobile" y sus finales de frase en esdrújulas. Francisco Sánchez tiene pocos rivales en estos papeles de tenor cómico ya que se adueña de la escena con su figura y su manera de gesticular y moverse. Y como cantante estuvo al mismo nivel en su nada sencilla parte, que no por cómica es menos compleja de cantar. Y moviendo los hilos de la escena, como siempre, Marta García-Morales, espléndida actriz cómica y cantante de voz flexible y bien colocada.
Hay que felicitar a la Compañía Sevillana de Zarzuela por haberse atrevido a montar, como cierre de temporada, este espectáculo con títulos desconocidos del gran público; por haber confiado en la chispeante música de Barbieri y en la capacidad de disfrute del público. ¡Enhorabuena!
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