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Ahora que es tan evidente la problemática de la Atención Primaria en toda España como consecuencia de las carencias de recursos y de la necesidad de reformulación del modelo organizativo, cabe reflexionar sobre los desafíos y las oportunidades que se presentan para abordar cambios que permitan resolver eficazmente los problemas y las necesidades de salud de la población, desde el primer nivel asistencial.

Analizando las características de las necesidades de salud y de la demanda de servicios en Atención Primaria, se evidencia que la multimorbilidad es una de las realidades más relevantes. Muchos pacientes que tienen varias patologías constituyen la realidad epidemiológica y asistencial en las consultas de Atención Primaria.

La OMS define la multimorbilidad como la presencia de dos o más enfermedades crónicas en una misma persona. Y la Red Europea de Investigación en Atención Primaria (EGPRN) propone introducir el término multimorbilidad al español como la "combinación de una enfermedad (aguda o crónica), un factor Biopsicosocial (asociado o no) o un factor de riesgo". En nuestro país, el término multimorbilidad coexiste con el de pluripatología que, según el consenso de diversas sociedades científicas, define a los pacientes con dos o más patologías y una especial susceptibilidad y fragilidad clínica.

Se hace evidente así la multimorbilidad como problema relevante y creciente de salud pública y que constituye un desafío para profesionales y sistemas sanitarios. En los equipos de Atención Primaria, la necesidad de resolver las consecuencias de esta multimorbilidad constituye uno de los principales desafíos en el día a día. Buena parte de la problemática que aparece en la gestión de los problemas de salud de los pacientes con multimorbilidad se refiere al manejo de información clínica compleja y a la gestión de su medicación. Nos encontramos con pacientes con varias patologías y generalmente polimedicados; con procesos y tratamientos que son definidos por especialistas hospitalarios diferentes y no siempre bien conectados entre sí, ni entre ellos y Primaria.

Los equipos de Atención Primaria tienen que resolver los problemas que se derivan de esta situación con la dificultad de tener que intervenir adecuando la respuesta asistencial y de cuidados que se hace necesaria en cada caso y redefiniendo las estrategias terapéuticas, en una situación casi siempre en solitario y sin la comprensión y participación de los especialistas hospitalarios; también, sin recursos suficientes en muchos casos. El sistema tiene así un problema serio de gestión de la calidad asistencial y de seguridad con este tipo de pacientes, lo cual requiere una respuesta específica que (afortunadamente) se está trabajando desde iniciativas profesionales en la que destaca el MULTIPAP Study. La aplicación de metodologías de trabajo que se enfocan a la gestión de la multimorbilidad es un asunto que requiere formación específica y una reorganización del sistema en el sentido de empoderar a los equipos de Atención Primaria.

El trabajo colaborativo entre médicos, enfermeras y farmacéuticos comunitarios con una coordinación real entre el nivel de Atención Primaria y los especialistas hospitalarios está en la base de este enfoque de gestión de la multimorbilidad. Protocolizar las respuestas e integrar con más fuerza a la enfermería y a los farmacéuticos es fundamental para el éxito de las intervenciones. Cada vez está más claro que estos desafíos no son una competencia exclusiva de los médicos sino un reto para el trabajo en equipo donde cada profesión y cada nivel asistencial tiene su responsabilidad y su aportación específica al mismo nivel. Eso, si ponemos al paciente en el centro. Claro está.

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