DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

El líder de Vox ha entrado como un toro en el espacio electoral andaluz. Ha arramblado con las referencias que tenía el PP y ha rebajado las expectativas de Ciudadanos, entre otras razones porque Ciudadanos crece en toda España y por tanto en Andalucía, gracias a que ha captado a un considerable número de votantes del PP y esos votantes no dan saltos de alegría con Pablo Casado. Un porcentaje alto de ellos, quienes tenían el corazón más a la derecha, se sienten cómodos con el lenguaje radical de Vox.

Les gusta que proponga abolir el Estado autonómico, que denuncie la situación de padres arruinados por las pensiones excesivas a hijos, presenta a los inmigrantes como adversarios que quitan puestos de trabajo a los españoles y que generan violencia y denuncia que los partidos actuales, de derecha e izquierda, aceptan sin pestañear la pérdida de valores que han sido seña de identidad de la sociedad española.

Ese discurso ha calado y Casado ha sido incapaz de contrarrestarlo. Vox no tendrá un número exagerado de escaños en el Parlamento, pero la ley D'Hont provocará que Cs y PP pierdan unos cuantos. Los famosos restos, que irán al partido mayoritario, en este caso al PSOE. De ahí que Susana Díaz debería poner un monumento a Santiago Abascal.

La presidenta se ha sobrepuesto a la desazón que le provocó perder las primarias; ha sorteado las acusaciones de corrupción logrando que la mayoría considere que no era cosa de ella sino de aquellos a los que sucedió; ha logrado que en la campaña no se denuncien demasiado los problemas de sanidad y educación, sus puntos más débiles, y ha conseguido presentarse como la opción más andaluza, junto a Teresa Rodríguez, al llevar el peso de la campaña, mientras que PP, Cs y Vox han puesto toda la carne en el asador centrando la campaña en sus líderes nacionales.

No siempre es una buena idea. Aunque habría que apuntar que si el líder nacional del PSOE no fuera Pedro Sánchez también Susana Díaz estaría encantada de contar con el apoyo presencial y masivo de su secretario general. No es el caso, así que mejor que Sánchez haya colaborado lo justo: un par de mítines. Si se hubiera prodigado más, las sonrisas y abrazos entre él y Susana habrían dado mucho juego a los memes, porque la complicidad entre Susana y Pedro no se la creen ni los asesores que insisten en la buena sintonía.Susana Díaz no gana las primarias de su partido, pero hoy por hoy es invencible en Andalucía. Porque es territorio conquistado por el PSOE y porque los otros no aciertan con su mensaje ni con sus candidatos.

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