
La ventana
Luis Carlos Peris
Imposible lo que tan fácil parece
Inmisericorde lloraba el dios de la lluvia sobre ese rinconcito de la Gloria que es la plaza de San Lorenzo y doblaba a muerto la campana de la parroquia. Nomadeo de fieles que iban y venían del Señor y funeral por un ser querido ante el altar mayor presidiendo con el hueco del ausente mártir que le da nombre a todo esto. Funeral a la antigua usanza, como eran estas ceremonias fúnebres cuando no se había instaurado aún el duelo dulcificado en el tanatorio. Y con la cabeza sin parar vueltas, resulta que ya hace un lustro de aquella pesadilla que fue la aparición del Covid. Era 14 de marzo cuando se iniciaron las suspensiones en cadena, que lo que abrió ese fuego graneado ocurrió en Valencia con las Fallas y después la Semana Santa, y después un chaparrón de cancelaciones y el confinamiento. Cinco años ya.
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