La ventana
Luis Carlos Peris
Vísperas de mucho...
Siempre pasa y siempre seguirá pasando que se sepa cuándo empieza una obra, pero es un riesgo cierto el poner la mano en el fuego en la creencia de que terminará en el tiempo previsto. Pasa con el cambio de tuberías del cuarto de baño y, por supuesto, en la terminación de un estadio o de una línea de metro. Las previsiones empiezan con ánimo optimista para ir pasando por diversos estados que van perdiendo dicho optimismo progresivamente. Un duradero régimen de lluvias, una modificación de los presupuestos, quién sabe por qué causa la obra va alargándose. Levantaba ayer la voz de alarma ayer J.J. León en estas gacetas sobre lo que pasaría si la obra del tranvía que unirá la lejana Sevilla Este con la Campana no ha concluido en Semana Santa. El estropicio sería monumental para la mayor celebración de la ciudad y bueno sería cruzar los dedos porque eso no ocurra. Está claro que la obra es un paso adelante extraordinario para la ciudad, pero son tan imprevisibles los plazos de cualquier obra...
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