Supercopa en segundo asalto esta noche entre Barça y Atlético de Madrid, presentación de Aleñá tras haber jugado ya con la verde, blanca y verde, ventana invernal de fichajes y por ahí se ha quitado de encima el Sevilla a Dabbur. Y empezando por lo último hay que reseñar que el israelí se va a la Bundesliga sin saberse a ciencia cierta si es tan bueno como se decía cuando vino o tan malo que no ha merecido la oportunidad de jugar.

Jugar con cierta continuidad es a lo que me refiero, pues salir de forma testimonial o en partidos sin relieve no es banco de pruebas que pueda verificar nada de nada. No entraba en los planes de Lopetegui y punto, pero al aficionado no se le va de la cabeza una duda, la de si las cosas hubiesen sido de otra manera de haber llegado de la mano de Monchi y no de la de Caparrós. En fin que Dabbur se ha ido y ninguno de nosotros sabe si era válido o no para el Sevilla.

Otro tema es el ocurrido en la casa bética, donde se ha presentado en sociedad a un futbolista que ya jugó el pasado domingo en Vitoria. Creo recordar que con Pedraza ocurrió ídem de lienzo, por lo que puede ser que nos topemos con la innovación de que un futbolista se presente antes en la yerba que en la sala de prensa. Y todo mientras tanto Sevilla como Betis van preparando esas trampas saduceas de la eliminatoria de Copa a partido único en campos poco fiables.

Y en este estado de cosas, todo el foco se lo lleva el segundo acto de la Supercopa que Rubiales por su cuenta exportó al otro lado del mundo. Se enfrentan el campeón y el subcampeón de Liga vigentes con el guión establecido de cómo al irreductible Cholo Simeone se le atraganta el Barça lo lleve quien lo lleve. Los números del Atleti ante el Barça en la era del argentino no son esperanzadores, por lo que los azulgrana parten de favoritos en este tiempo tan atípico de la cuesta.