La esquina

José Aguilar

jaguilar@grupojoly.com

Andalucía, a la derecha

También el mundo rural ha dado la espalda a la izquierda, como hicieron antes las clases medias urbanas: es lo nuevo

Llevan meses los del PP andaluz maquillando sus encuestas. No para mejorar tramposamente sus expectativas de voto, al modo del CIS de Tezanos con el PSOE, sino para todo lo contrario: es tan alta la valoración de Juanma Moreno y tienen tan a mano su victoria del 19-J que rebajan sus expectativas de voto para no desmovilizar al electorado ni resucitar al decepcionado de la izquierda.

El mérito de Moreno es innegable. Con su gobernanza tranquila y discreta ha pasado de perdedor estrepitoso de elecciones y presidente por chamba a candidato imbatible en Andalucía, barón rampante del PP nacional y ariete fundamental en la marcha de Feijóo a la Moncloa. Pero, sin desmerecer su figura, hay que decir que sólo va a culminar con éxito una tendencia social y política que la comunidad autónoma andaluza experimenta desde hace tiempo.

No es otra que el corrimiento de los ciudadanos hacia el centro y la derecha. Se manifestó con fuerza en los años noventa del siglo pasado, cuando las ascendentes clases medias urbanas eligieron alcaldes del PP en los ayuntamientos de las principales ciudades, y tuvo un momento álgido en 2012, cuando Javier Arenas ganó las elecciones autonómicas, pero no pudo gobernar por la alianza de PSOE e IU, todavía muy mayoritaria en los pueblos pequeños y medianos.

Esto es lo que ha cambiado durante el mandato de Juanma. Las formaciones políticas conservadoras (PP, Vox y Cs) son hoy ampliamente mayoritarias en Andalucía -lo serán en votos y en escaños dentro de dos semanas-, mientras que el PSOE ha dejado de ser el partido de los andaluces que fue durante casi cuatro décadas, ha perdido su influencia incluso en el mundo rural y anda sumido en el desconcierto y perjudicado por su estricta vinculación al sanchismo, que ya no se salva ni con la mejora del empleo ni con su determinación atlantista y europeísta. Y lo que queda a su izquierda es otro hemisferio menguante, caracterizado por la impotencia, la división y el fulanismo. Una lucha patética por repartirse, como mucho y siendo optimistas, el 15% de los votos.

Signadas por este nuevo conservadurismo andaluz que durará nadie sabe cuánto, las elecciones del 19-J son dramáticas para la izquierda oficial: el objetivo real de Espadas es no bajar de los 33 escaños que obtuvo Susana, y el de Andalucía por Sí, no bajar mucho de los 17 de 2018 y derrotar a Teresa Rodríguez. El de Juanma, gobernar en solitario. El de Olona, impedírselo. El de Juan Marín, sobrevivir. Este es el panorama.

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