Hace pocos días que se han cumplido casi treinta años de la Expo 92. Sigo creyendo que el antiguo recinto de la exposición, con todos sus pabellones y nuevos edificios en uso y todas las edificaciones limítrofes, necesita varias jornadas de puertas abiertas que muestren a los sevillanos, antes que a nadie, los logros de ese espacio de la ciudad. Jacinto Pellón y su grupo directivo planearon una estupenda jornada un año antes de la inauguración, que fue un gran éxito de público, para mostrar que lo prometido estaba todo en marcha y no era un invento. A veces es más consistente el bulo de que todo aquello está medio abandonado, que fuera de Sevilla siguen repitiendo, que la auténtica realidad de un recinto en marcha con múltiples empresas de tecnología avanzada: la contundente realidad del Parque Científico y Tecnológico de la Cartuja. Con más de cuatrocientas empresas. Centros formativos y de investigación públicos y privados. En múltiples sectores como la aeronáutica, agroalimentación, electrónica, energía y medioambiente, formación y recursos humanos, industrial, ingeniería, consultoría y asesoría, medicina y salud, información, informática y telecomunicaciones. Y la realidad de la Torre Sevilla, el centro comercial, el Caixafórum y las actividades en el Pabellón de la Navegación, el parque Magallanes y todas las instalaciones ya existentes y en funcionamiento en el entorno del Patrocinio y el río.

Y si a todo el recinto de la Cartuja le falta ser bien conocido, no digamos al Estadio de la Cartuja, que está en la ciudad fuera de la ciudad. Pero la realidad es tozuda y las infraestructuras terminan reivindicando sus capacidades. Aparte de los usos que están alojados hace años en los edificios de las esquinas, entre ellos un hotel, en estos días pasados le han adjudicado la sede de la selección española de futbol en la próxima Eurocopa. La empresa del hotel debe estar dando vueltas de alegría al estadio. Y además han instalado un recinto de vacunación anti-Covid, que según muestran las imágenes está particularmente bien montado. Lo cierto es que la organización de las vacunas, al menos en Sevilla, que es lo que conozco, funciona bastante bien.

Claro que un paseo desde la plaza del Duque, por calle Baños, cruzando el río por la deteriorada pasarela de la Cartuja y la llegada al Camino de los Descubrimientos, no invita al optimismo. Las nobles tapias del Monasterio de la Cartuja, llenas de coches aparcados. Y a derecha e izquierda, nada. El estado de conservación de pavimentos y el mantenimiento general es muy mejorable. También son ganas de ponerlo difícil, porque la parte árida de transitar es la más cercana a la ciudad. Aunque hay edificios con mucha actividad, como la Fundación Tres Culturas en el Pabellón de Marruecos. Y el Pabellón del Futuro parece que podrá despegar con el uso de Archivo General de Andalucía. Cuantos más usos, más visitas. Las virtudes y los defectos a la vista de todos. Sobran verjas y faltan puertas abiertas.