CON todas las alarmas emitiendo señales ciertamente preocupantes, el Sevilla se da de cara con el General Invierno en lo que podría ser un oasis propicio para reactivarse. Noche lóbrega en Vitoria, mercurios de bajonazo y Copa del Rey, nada que ver con esa Liga que se le ha ido cruzando al Sevilla de forma inesperada. Lo del sábado en Gerona ha hecho mucho daño y este lapsus copero bien pudiera servir de lenitivo momentáneo.

Cayó el Sevilla en Gerona y el Alavés en Oviedo, ambos por la mínima. Alarmante la situación sevillista, hundido en la tabla y sin que los que manejan la barca encuentren cómo dar con el rumbo adecuado. La ventana invernal se está yendo de rositas ante la estupefacción de una clientela que ve cómo entre luchas intestinas y nulo rendimiento del plantel, el equipo se desangra poco a poco, o mucho a mucho. Y en éstas aparece la Copa en un escenario poco agradable.

Mendizorroza en enero es un frigorífico de día y un iglú de noche, por lo que el panorama no tiene buena pinta. Y allí espera un Alavés que en su liga de Segunda alterna luces y sombras para ocupar un puesto que da derecho a los play off y que en Copa pudo apuradamente con Mérida y Lleida. Quinto en la tabla, el equipo de García Plaza cuenta con gente tan conocida como Salva Sevilla, Rioja, Laguardia o el joven Rober, prometedor futbolista cedido por el Betis.

¿Interferirá el proceloso choque del sábado hasta impedir la visión del bosque copero? Indudablemente, la cita con el Cádiz, que llega exento de obligaciones coperas, tiene mucha miga, pero está el Sevilla obligado a no arrastrar su prestigio. Lo de esta noche ante el equipo babazorro encierra dificultades y es rico en celadas, de eso no cabe la menor duda, pero tanto la Copa del Rey como la venidera Liga Europa es de obligado cumplimiento afrontarla en corto y por derecho.