Cuenta atrás llena de ensayos y... de Koundé

Con el pasado fin de semana, el fútbol según Sevilla ha recobrado cierta normalidad. Por supuesto que no hablamos del fútbol auténtico, ese de los tres puntos en juego y la vieja filosofía canchera de que pase el balón o el contrario, pero jamás los dos a la vez. Bueno, pues tuvieron peso los ensayos del Betis en Eindhoven y del Sevilla en ese Alvalade en que en tiempos lejanos de Cardo fue dolorosamente apeado de la Copa de la UEFA.

La sabatina bética en Holanda dejó claro que faltan muchas puntadas y que se repitió varias veces la inoportunidad de perder el balón para propiciar unas transiciones del rival que cogían en cueros al sistema defensivo. Especialmente contumaz en el error fue Nabil Fekir, al que agobian en cada balón dividido para propiciar unas contras que suelen acabar mal. Por lo demás, ni fu ni fa, con el defecto de un ataque muy falto de verticalidad.

Y el domingo, el Sevilla comparecía en Alvalade dejando sus señas de identidad deseables y con bastantes deficiencias en la segunda parte. En la fase inicial y bajo la batuta imperial de Fernando, el equipo dejó muy buenas sensaciones. Con una presión muy alta y los desbordes de Lamela y de Tecatito, la tropa de Lopetegui dio bastante pie a la esperanza de recobrar la ilusión perdida en el nefasto fin de campaña anterior. Tras el descanso, la cruz de la moneda.

Mañana, más, con el Betis enfrentándose al Olympique de Marsella en Chesterfield y el Sevilla haciendo lo propio con los franceses del Angers. Dos confrontaciones hispano-francesas en terreno neutral, pero sólo dos ensayos más dentro de este tiempo de probaturas y de lentísima cuenta atrás hacia lo que verdaderamente tiene sentido. Mientras tanto, parece que, ahora sí, o no, la margarita con nombre propio, el de Koundé, está a punto de deshojarse.