La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

El Nuncio Bernardito tiene tarea

La muerte del cardenal Amigo dirige las miradas a un colegio cardenalicio con muy pocos españoles con derecho a voto

El Nuncio Bernardito Auza

El Nuncio Bernardito Auza / M. G. (Madrid)

El Nuncio de Su Santidad en España tiene mucho trabajo por delante. El filipino con el nombre que genera tanta gracia, Bernardito Auza, tiene que plantearse no sólo cubrir las plazas con obispos dimisionarios que quedan sino las que quedarán pronto en tal estado. En menos de un año se han renovado los titulares de las diócesis andaluzas de Sevilla, Jaén, Huelva y Almería.

En breve habrá que afrontar la renovación de la de Granada, con un titular que se jubila el próximo diciembre. Se ha cubierto el arzobispado castrense, que algunos veían en peligro tras la muerte del andaluz Juan del Río si el Gobierno de Sánchez no colaboraba. Pero no ha sido así. Con la desaparición del cardenal Amigo vuelven las miradas al Colegio Cardenalicio. Es cierto que don Carlos ya no era elector. En España ahora mismo solo contamos con seis votantes en un posible cónclave. Este abril ha dejado de serlo Ricardo Blázquez, el obispo de Valladolid y ex presidente de la Conferencia Episcopal que fue prelado en Bilbao, donde para el nacionalismo vasco pasó de ser “un tal Blázquez” a “nuestro Blázquez”.

Con menos de 80 años figuran ahora mismo Luis Francisco Ladaria, con 78; Carlos Osoro, Juan José Omella y Antonio Cañizares con 76, y Miguel Ángel Ayuso y Cristóbal López Romero, con 69. España no puede presumir de tener un gran peso en el colegio cardenalicio, compuesto por 117 electores en la actualidad, pese a su importancia histórica para la Iglesia Católica y pese a contar con la embajada más antigua ante la Santa Sede, la del precioso Palacio de España que ahora habita Isabel Celaá, la anterior ministra de Educación. Los motivos para la creación de nuevos cardenales no son ahora los que aplicó Juan Pablo II, que cuidaba que la púrpura recayera en arzobispos de grandes capitales y que, de alguna forma, los italianos tuvieran un contrapeso con purpurados de todos los continentes, aunque al final se notaba y se nota quiénes son los cardenales de la curia romana y quiénes los de provincias. Francisco prefiere las periferias en todos los sentidos.

¿Cuándo volverá Andalucía a tener un cardenal? Tuvimos a don Fernando Sebastián, creado cardenal al final de su vida, residiendo en Málaga a título particular hasta su muerte en 2019. Sin Amigo nos hemos quedado sin presencia activa en el cónclave. Ocho millones y medio de habitantes y ser la región desde la que se emprendió la evangelización del Nuevo Mundo no tienen ya tanta influencia como algunos creen. Los criterios van por otros caminos. Y el Papa hizo una precisión reveladora: “Si voy a Santiago, voy a Santiago; pero no a España, que quede claro”. Que Bernardito interceda por la Iglesia española. Tarea tiene por delante.

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