Opinión | Pisando área
Jesús Alba
El Olimpo es más Olimpo con Iniesta y Nadal
Reconociendo que el miedo es libre y el acojonamiento infinitamente más, un servidor de Dios y de usted, estimado lector, se va a permitir la licencia de acoger con un grito de alegría la erradicación de la mascarilla. Ya sé que su restricción se limita a exteriores, pero es que resulta muy confortable andar por la calle a cara descubierta, siendo reconocido y reconociendo sin esfuerzo a quien uno quiera reconocer. La única pega que se le encuentra a esta sublime decisión es la de la procedencia del consejo. Tras la sarta de embustes padecida desde que estalló esta peste tan a trasmano da un poquito de reparo creer a esos embusteros. Pero bueno está lo bueno y poder circular sin parecer que tenemos algo que ocultar es motivo de contento. Conque aparquemos las reticencias y mandemos a hacer puñetas un adminículo tan molesto aunque de momento sólo sea en la calle.
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