Azul Klein

Charo Ramos

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Orgullo barroco

El Ayuntamiento debe mimar el 25 aniversario de la OBS y aprender de su alianza con la Hermandad del Gran Poder

E L dramaturgo y actor Andrés Lima, galardonado días atrás con el Premio Nacional de Teatro, ambientó en 2013 la zarzuela de José de Nebra Viento es la dicha de amor en un balneario suizo. La propuesta escénica, que no convenció a todos, como suele ser habitual en este tipo de apuestas arriesgadas, supuso sin embargo un magnífico escaparate para la Orquesta Barroca de Sevilla, a la que vimos despegar así desde el foso del Teatro de la Zarzuela dirigida por Alan Curtis como uno de los conjuntos más versátiles del panorama español y, sin duda, uno de los más comprometidos en la recuperación del patrimonio musical. Aún recuerdo la insistencia de los aplausos de todos los seguidores que viajamos a Madrid.

El año que viene la Barroca cumplirá 25 años y regresará al Teatro Real en marzo, esta vez bajo la batuta de su director musical, el maestro Ivor Bolton, que ha elegido al conjunto sevillano para poner música a las representaciones de Achille in Sciro de Francesco Corselli tras la excelente experiencia juntos en la Calisto de Cavalli. La OBS también retornará ese mes de marzo al Teatro de la Maestranza para participar en Agrippina de Haendel, que será una de las cimas del curso y un importante cambio de tendencia pues el principal coliseo lírico de la ciudad llevaba años sin representar ópera barroca.

Pese a semejantes carteles el conjunto que dirige Pedro Gandía y coordina Ventura Rico sigue haciendo malabarismos con el exiguo presupuesto público de que dispone para esta temporada, unos 150.000 euros descontando la aportación del Festival de Música Antigua (Femás). Y lo hace gracias en buena medida al entusiasmo de su red de apoyo, la Asociación de Amigos de la OBS que dirige Camilo Montaño, que se ha volcado como suele en la compra de abonos y entradas con los que se autofinancia la temporada de conciertos en Sevilla y que anda ya enfrascada en propiciar que se otorgue la Medalla de Andalucía a la formación.

Convendría que el Ayuntamiento de Juan Espadas no descuidara la efeméride ni dejara pasar la ocasión de agradecer públicamente que el nombre de Sevilla pueda asociarse a valores como la calidad artística y la formación de nuevos públicos a través del trabajo que realiza la Barroca. Tal vez pueda aprender del ejemplo que acaba de dar la Hermandad del Gran Poder, que la ha elegido para poner música a la celebración de los 400 años de la creación de la imagen titular por Juan de Mesa: una alianza cargada de futuro que permitirá que la Misa en Si menor de Johann Sebastian Bach llegue a nuevos públicos con la máxima calidad y carga espiritual desde la plataforma del Femás. Es un orgullo tener a la Orquesta Barroca en Sevilla y un privilegio haberla visto crecer.

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