
La aldaba
Carlos Navarro Antolín
La grosería normalizada en un bar de Sevilla
La ventana
POSIBLEMENTE, la diferencia entre aquel pujante PSOE que surgió en los setenta para emerger después de la flebitis, nunca antes, y éste que hoy se desmorona ante la estupefacción de propios y comprensión de extraños esté en su clase dirigente. La cúpula que surgió de Suresnes venía de las catacumbas y eso siempre imprime carácter; la de hoy viene de la cantera, de la molicie canterana de no haber hecho otra cosa en la vida que ir a favor de querencia. Políticos desde imberbes que se hicieron expertos en la cosa de la conspiración doméstica con la que ir subiendo escalones. Y si haber luchado en las catacumbas propiciaron políticos como González, Guerra, Lazo y tantos otros, la cantera socialista ha parido personajes como los que hoy andan con el cuchillo en la boca para no perder la prebenda, que a ver cómo se bandearían en la calle, con el frío que siempre hizo y que hace sin un techo donde cobijarse.
También te puede interesar
Lo último