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Pavimentos en Sevilla

Pueden pasar por la calle García de Vinuesa para ver un adoquín de Gerena machacado

Se ha escrito, publicado y debatido sobre los adoquines de las canteras de Gerena que pavimentaban algunas calles céntricas de Sevilla y que aún están en algunas de ellas. Su sustitución por otro tipo de adoquines de granito ha motivado que arquitectos, artistas y periodistas se manifiesten sobre la pérdida de identidad que esa sustitución significa para la ciudad. El debate ha llegado a los grupos políticos municipales, hasta el punto de que el Ayuntamiento de Sevilla, en Pleno, ha acordado incluir el adoquín de Gerena en los Planes Especiales de Conservación que se redacten en Sevilla. Parece que se resuelve el problema, pero falta mucho para que el asunto esté solucionado. Porque después de decidir que el adoquín de Gerena se mantenga, los técnicos tendrán que resolver cómo se aplica en cada caso concreto y además cumpliendo todas y cada una de las normativas vigentes que esta corporación se ha comprometido a respetar y que sirven para mejorar la vida, como por ejemplo la accesibilidad. Y que todo ello sea compatible no es tarea fácil.

Hay que recordar que el granito de Gerena es uno más de los variados materiales y formas que se han utilizado en Sevilla como pavimentos. En la ciudad hemos conocido en nuestras calles y plazas durante años, y aún hoy, una gran variedad de materiales y colocaciones: tierra apisonada, albero regado, gravilla, chinos lavados, losas de Tarifa, adoquín grande, adoquín pequeño, loseta hidráulica, mármoles de distintas canteras, ladrillo de tejar a sardinel o a la palma, y otros que se me olvidan. Y por supuesto, asfalto de todo tipo. Para mí, una de las mayores pérdidas de pavimentos de Sevilla fue la sustitución de unas pequeñas losetas rectangulares de material asfáltico con las que se pavimentó la Palmera en el año 1929 y que le daban una personalidad y una funcionalidad únicas a la avenida. Y que llegaron hasta los años sesenta del siglo pasado, más o menos, hasta su sustitución por aglomerado asfáltico.

Los diferentes pavimentos que se están utilizando, sobre todo en las obras de peatonalización, suscitan todo tipo de comentarios. La verdad es que parece que no hay un criterio reconocible. En mi opinión, la calle Mateos Gago avanza y parece que se está haciendo un buen trabajo. Bien pensado y ejecutado. Parece que ahora le toca al entorno de la calle Badajoz y Zaragoza, por Plaza Nueva. Si quieren tomarse la molestia, pueden pasar por la calle García de Vinuesa para ver un adoquín de Gerena machacado por los cascos de los caballos de los coches de punto y el tránsito. Y la calle Jimios bien pavimentada con adoquines pequeños y losas. Y para más ejemplos, el buen acuerdo entre esta última y la calle Harinas, donde se aprecia la dificultad de resolver los encuentros de calles y las diversas formas de pavimentos. No es solamente una cuestión de material, es diseño, escuadría, acabados, colocación, sección de uso, pendientes de evacuación de aguas, registros, etc.… Con decir adoquín de Gerena no basta.

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