Punto Caliente

Su futuro debería estar anunciado con imágenes potentes que anticiparan su nueva vida y usos

Desde hace varios años el edificio del antiguo Mercado de la Puerta de la Carne es un punto caliente sin resolver. Por unos motivos o por otros lleva cerrado más de veinte años. Y si no estoy equivocado, han ocupado el salón municipal de plenos del Ayuntamiento de Sevilla seis corporaciones y tres alcaldes: Alfredo Sánchez Monteseirín, Juan Ignacio Zoido y Juan Espadas. Y por ahora no se le ve el final a su recuperación con nuevos usos. Cierto que todo está resultando mucho más complejo de lo previsto inicialmente (ninguna obra de rehabilitación es sencilla). Mal estado de la estructura, hallazgos arqueológicos que nos cuentan el pasado del antiguo Matadero y otras múltiples circunstancias. Pero ha pasado tanto tiempo que ya ni los buscadores en internet te llevan allí cuando tecleas Mercado de la Puerta de la Carne. Localizan el nuevo mercado de la antigua Estación de Cádiz. Que es una agradable realidad en funcionamiento. La ciudad avanza y mejora en actividad y en vida.

En el entorno, el patio de la Diputación sigue dando mucho juego y el posible efecto de polo de atracción de la Fábrica de Artillería empieza a funcionar. Nuevos negocios se abren en el entorno inmediato. Y otros locales vecinos, aún vacíos, se adivina que están a la expectativa del cómo se resuelve todo y cómo son los nuevos usos. Porque la ausencia de lo que puede ofrecer el antiguo mercado empieza ya a ser clamorosa.

Esta mañana he pasado por allí. Y el edificio y las obras tienen un aspecto lamentable. Y más para ser de propiedad municipal. Un cerramiento de obra cutre, de aspecto provisional y deteriorado, lo separa de la acera de la calle Demetrio de los Ríos, muy transitada por peatones y ciclistas. La calle Pedro Roldán está convertida en patio de acopio de materiales y para maniobra de camiones. No puedo dejar de pensar en esos vecinos. Qué más quieren que les cuente. Un bello edificio que representa uno de los momentos de modernización en los equipamientos de Sevilla. Y un buen ejemplo de arquitectura racionalista. El estado en que está ese cerramiento y todo lo que se vislumbra por sus agujeros, no se lo merecen ni su anterior vida de mercado ni se lo merece su futuro.

Porque su futuro debería estar anunciado en imágenes potentes que anticiparan su nueva vida y usos, con una tapia cerrada y bien iluminada. Con unas lonas que ocultaran los trabajos e incorporaran a la ciudad la mejor imagen de la edificación. Ni más ni menos de lo que es habitual en las obras de modernización que existen en la ciudad, como por ejemplo en algunos hoteles. Es lo que se merece el edificio y por supuesto lo que se merecen sus vecinos y los cientos de sevillanos que pasan por esa acera a diario. Quizás esto se olvide el día de la inauguración y como en tantas otras ocasiones, respaldemos con nuestra presencia la nueva vida del antiguo Mercado de la Puerta de la Carne. Pero hoy, como sevillano y como arquitecto, he sentido la necesidad de hacer esta llamada de atención.

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