Fallido el primer quite con el que hacerse perdonar, el Sevilla afronta el segundo y éste pertenece al capítulo de las palabras mayores. En el corazón de esa tormenta que suelen desencadenar los malos resultados, la tropa de Vincenzo Montella se da de cara con un compromiso de aúpa en turno de ida de cuartos de final de Copa del Rey, nada más y nada menos que contra el Atlético de Madrid, de Simeone, de Gameiro y de Vitolo.

Desaprovechó el Sevilla la oportunidad que le brindaba Vitoria para hacerse perdonar, pero el equipo siguió sin dar la talla para que la tormenta fuese cobrando virulencia, que hasta ha impulsado la reaparición de José María del Nido en un vídeo que se ha hecho viral y que mucho inquieta en la planta noble del Sánchez Pizjuán. Inquieta a unos y llena de esperanza a ese batallón de delnidistas que flotan en las aguas institucionales que todavía maneja Pepe Castro.

Pero volvamos al fútbol en estado intrínsecamente puro para entrar en la química que encierra la cita de esta atardecida en el Metropolitano. Va un equipo claramente en horas bajas al cubil de un ejército que, apeado sorprendentemente de la Champions, no pierde comba en los torneos domésticos. Constituido ya como el más cercano rival del omnímodo Barça, la guerrilla de Simeone espera al Sevilla como suele, con la guardia en la cara y el cuchillo entre los dientes.

Y en este escenario y en estas circunstancias, ¿aprovechará el Sevilla la partida para hacer el quite del perdón? ¿Habrá surtido efecto el diálogo con los radicales? Quién sabe, pero no cabe la menor duda de que la cita se las trae, pues si en condiciones de normalidad, todo choque con el Atleti tiene miga, en el momento que sufre el Sevilla, el pleito es de abrigo. Claro que tampoco puede hablarse de una misión imposible, por supuesto que no. ¿Habrá, al fin, quite del perdón?