Arranca marzo, el mes en que aflora el azahar y la ilusión brotaba incontenible ante lo que estaba por venir. Hoy es el inicio de un marzo bien distinto, inmerso en esa nueva normalidad que nos tiene cautivos y también desarmados. Un marzo plagado de actos referentes a esta Semana Santa sin que nos han programado y que llega con la misión de metadona con la que paliar el síndrome de abstinencia, vulgo mono. Y en ese programa edulcorante nos encontramos con la buena nueva del rescate de la Exaltación de la Saeta para ese martes de Pasión que se convirtió en su fecha tradicional. Y a la sesera se nos viene cómo una vez se calaron las cubiertas del Salvador mientras sonaba la voz de aquel saetero sin igual que fue Manolo Mairena. De allí pasó a exaltarse la oración cantada en la Catedral y ahora será en el Lope de Vega. Nueva normalidad, menos da una piedra.