TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Juan Antonio Solís

jasolis@diariodesevilla.es

Un Sevilla más azul que rojo

Monchi es el primero que ve que en su cuadro dominan los tonos fríos y ha tomado el pincel

JULEN Lopetegui, si hoy le traen a colación en la rueda de prensa el próximo derbi, contestará sin ninguna duda que el partido más sevillano del calendario no arrancará hasta que acabe la vuelta en Dortmund y el Sevilla regrese dolorido por su eliminación, o saboreando el mejor estimulante para su estado depresivo, como sería la remontada. Monchi, en su caso más por apariencia y conveniencia del discurso que porque lo sienta realmente así, tambien contestará lo mismo cuando le pongan un micrófono por delante en la previa de Alemania: Dortmund y sólo Dortmund. Otra historia será su postura el próximo miércoles, cuando se active la cuenta atrás hasta el domingo 14. Será curioso comprobar si abunda por esa inesperada senda caparrosiana por la que entró el jueves pasado con sus palabras. Un casus belli que amenaza con desatar las andanadas de una y otra parte en los días de espera.

¿Cuál es el trasfondo de esas palabras de Monchi? ¿Simplemente una válvula de escape después de leer cáusticos mensajes en su móvil por la traumática eliminación en el Camp Nou? ¿O la necesidad de ir elevando la temperatura de cocción del derbi para que su equipo no reincida en la tibieza de enero pasado en el Villamarín?

El Sevilla de Lopetegui tiene muchas virtudes, pero casi todas le brotan del academicismo, de su espíritu cartesiano. En el cuadro de Monchi domina la paleta de colores fríos. Y el director general deportivo del Sevilla, el mismo que se baja la mascarilla en la grada para despotricar ante decisiones arbitrales, es el primero que lo ha visto desde la grada.

El Betis, aunque hoy venza al Alavés y tenga la opción de ponerse a tres puntos del odiado vecino en el momento de ganar el derbi, no va a hablar de Champions para no meterse más presión, aunque flote en el vestuario. Le conviene el tono bajo. Pero el Sevilla, con la plantilla muy aturdida y los perseguidores cerca, pide unas pinceladas de ardientes rojos.

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