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La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

El Sevilla vuela en alas del Arrebato

Sí, es esta música la que hace que los corazones griten ¡Sevilla! llevándolo en volandas por siempre a ganar

La culpa fue del Arrebato. No puede ser casual que su himno se estrenara el 1 de julio de 2005 en la gala del centenario y sólo un año después el equipo ganara la primera de sus seis copas de la UEFA y la Supercopa de Europa. No puede ser casual que dos años más tarde, en 2007, ganara la Supercopa de España y la Copa del Rey que no ganaba desde que se llamaba del Generalísimo, allá por 1948. No puede ser casual que tras aquella primera UEFA de 2006 en Eindhoven vinieran las de 2007 en Glasgow, 2014 en Turín, 2015 en Varsovia, 2016 en Basilea y esta de 2020 en Colonia. Directivas, entrenadores, jugadores y sobre todo Monchi son los autores materiales. Pero el aliento espiritual es de ese señor llamado Javier Labandón, El Arrebato. Sin olvidar la soberbia producción musical de Rafa Almarcha quien, como él mismo dijo, puso el traje de la orquestación a una obra maestra. Y un traje orquestal tan soberbiamente cortado realza las hechuras del magistral himno.

Con una música así no se puede perder, no se debe perder. Y si se pierde es para levantarse otra vez y volver a ganar porque "dicen que nunca se rinde". Pasodoble para las mejores faenas que, no el Sevilla, sino el fútbol sevillano, ha rematado en toda su historia; recia hombría sin adornos de marcha clásica y pura de cornetas y tambores para que mande Villanueva la nave del Desprecio; fuerza de Braña, Morales y Gámez Laserna para que se llenen los corazones aún más de luz y los ojos aún más de lágrimas la mañana única entre todas las mañanas; fuerza e inspiración de Max Steiner llevando a la cumbre a Escarlata O'Hara para que desde allí ponga a Dios por testigo de que no volverá a pasar hambre; bolero de Machín para que la afición baile agarradita como las parejas en la vieja parrilla del Cristina; Marcha de Granaderos que pone en pie los cuerpos y une los corazones de la familia roja y blanca del Sánchez Pizjuán en un único sentimiento; tema de Lara que derrite el corazón de Zhivago; beethoveniano himno de la alegría del sevillismo… Todo eso y más es y representa la canción del Arrebato. Quien, haciendo honor a su nombre artístico, le ha "arrebatado" el cetro musical al Liverpool: su You'll Never Walk Alone, al fin y al cabo, es un mangazo al musical de Richard Rodgers Carrusel, estrenado en 1945.

Sí, es esta música la que hace que los corazones griten ¡Sevilla! llevándolo en volandas por siempre a ganar.

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