¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Taxdirt: la Sevilla fordiana

Un año más, la Caballería sevillana celebra la laureada por la carga de Taxdirt

Taxdirt: la Sevilla fordiana

Taxdirt: la Sevilla fordiana / DS

HAY, como saben, muchas Sevillas. A modo de un camarero de la vieja escuela las podríamos recitar con cadencia de cantar de gesta: tenemos la Sevilla herreriana, la pasoliniana, la almodovariana, la halconiana... y, por supuesto, la fordiana, aquella que consciente o inconscientemente rinde tributo con su vida y obra a John Ford, el gran director de las mejores películas de la Caballería: Fort Apache (1948), La legión invencible (1949) y Río Grande. Esta Sevilla tiene dos brazos, el civil y el militar. El primero es presidido por el duunvirato formado por Antonio Rivero Taravillo y León Lasa, adoradores del whisky y las brumas del norte. Precisamente este año, el estajanovista Taravillo acaba de publicar un libro sobre el director de La diligencia: Ford apache. Cien momentos de un genio del cine (Sílex). Pero de Taravillo ya hablaremos otro día. Hoy toca el brazo militar, el comandado por los oficiales y suboficiales del antiguo regimiento Sagunto 7, que un año más se reúnen en Capitanía para celebrar la laureada por la legendaria carga de los Cazadores de Alfonso XII en Taxdirt (Marruecos), el 20 de septiembre de 1909, uno de los actos castrenses más íntimos y peculiares de la ciudad. El espíritu entre desenfado y ordenancista de estos veteranos jinetes sevillanos, que hace ya años colgaron el sable, recuerda ciertamente al de los personajes de las mejores películas de John Ford sobre la Caballería, esos curtidos soldados de la frontera que se debaten entre la montura y la barra de la cantina, como los inolvidables capitán Natham (John Wayne) y sargento Quincannon (Victor Mclaglen), espejos del soldado que antepone el honor al dinero y el servicio a la mamela.

Estos que vivimos no son tiempos para la épica, como ha recordado alguna vez Luis Alberto de Cuenca, gran admirador y cultivador a su manera posmoderna del género. Algunos dirán que el acto puede ser una glorificación de la violencia, el sufrimiento y el colonialismo. Hay toda una cinematografía antimilitarista que apoya estas opiniones. Sin embargo, nosotros preferimos el cine de Ford con sus columnas montadas por el desierto, sus bailes de gala en fuertes lejanos y sus jinetes de espíritu anarca y disciplina prusiana. También el romanticismo demodé de la vieja Caballería, la que representan los amigos de la Asociación Sagunto 7, la Sevilla fordiana (brazo militar) siempre atenta al sonido del clarín, como aquellos cazadores de Taxdirt que galoparon hacia su destino y que hoy recordamos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios