José Antonio Carrizosa

El alcalde quiere irse

Alto y claro

07 de marzo 2010 - 01:00

EL alcalde quiere irse y quiere hacerlo cuanto antes. Otra cosa es que finalmente pueda o le dejen. No entra en sus planes, por el momento, pegar una espantada. Por disciplina de partido y porque sabe que tiene que cuidar su salida del Ayuntamiento y la de sus colaboradores más directos. Pero ganas no le faltan y además no lo oculta. Las cosas estas semanas se han hecho rematadamente mal. El anuncio mediante declaración a una agencia por parte del presidente de la Junta horas después de que el Tribunal Supremo confirmase las penas de prisión por el caso de las facturas falsas del Distrito Macarena es políticamente poco explicable. Sobre todo si se tiene en cuenta que estamos a muy pocos días de la celebración del congreso del PSOE que le dará el poder orgánico efectivo a Griñán y tras el cual habrá que tomar decisiones en cascada, entre las que encajaba perfectamente la de hacer explícito el fin de la etapa de Monteseirín.

¿Por qué se han hecho así las cosas? Posiblemente, para llegar al congreso sin el lastre que pueda suponer el conflicto interno del socialismo sevillano y para zanjar cualquier posibilidad de maniobra de un alcalde socialmente amortizado, duramente castigado por la sentencia del Supremo sobre el caso Macarena y al que le está pisando los talones la juez que investiga Mercasevilla. No están las cosas para muchos lujos en el PSOE.

El desgaste hasta extremos difícilmente soportables de Monteseirín ha sido fruto de tres conjuntos de circunstancias diferentes, pero que al final han confluido. En primer lugar, y muy principalmente, de sus propios errores, que han sido muchos y graves y que han dado al traste con una gestión que también ha tenido importantes elementos positivos. En segundo lugar, del cerco sin piedad al que lo ha sometido la derecha política y mediática de esta ciudad, que no ha dudado en utilizar los mecanismos más torticeros para deteriorarlo. Pero en tercer lugar, de forma muy destacada, por las maniobras contra él lanzadas desde su propio partido, que de alguna forma lo han tenido políticamente bloqueado. Así las cosas, el panorama no puede ser más desolador para las expectativas electorales del PSOE en Sevilla. Mientras tanto, Zoido sigue con el viento a favor y acumulando réditos para 2011.

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