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El año que Diderot hizo la reforma agraria

Cursos. El bar Las Teresas se convirtió hace 30 años en foro oficioso de los profesores e intelectuales que participaron en el primer curso de otoño de la UIMP en Sevilla.

QUIEN entra en el bar Las Teresas, el mismo nombre del convento del barrio de Santa Cruz donde vivió la mística de Ávila, encuentra entre carteles de feria y jamones con pedigrí de estradivarius un álbum de fotos con ilustres personajes: los escritores Camilo José Cela o Mario Vargas Llosa, el pintor Antonio López, el torero Antonio Ordóñez. Pasaron por este bar cuando era cuartel general de los cursos de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo que se iniciaron el otoño de 1983 y en octubre llegarán a su trigésima edición.

Esta Universidad la puso en marcha Fernando de los Ríos en el palacio de la Magdalena de Santander en 1933. En febrero de 1983 fue nombrado rector Santiago Roldán, que dos meses después elige Sevilla como sede otoñal de esos cursos. Los profesores de cada semana se reunían todos los lunes en la Casa de Murillo y las sesiones informales se celebraban en el bar Las Teresas.

El bar es de 1870, pero desde 1939 emprendió una segunda época. Con el oficio aprendido en El Rinconcillo, donde vive el estallido de la guerra civil, en 1939 se hace cargo del negocio Plácido Sánchez Muñoz, salmantino de Guijo de Ávila. Le sucedió su hijo, Plácido Sánchez Martínez, que coincidió con aquel fervor lúdico e intelectual. La tercera generación, representada por Plácido Sánchez Martínez, nieto del refundador, no conoció ese esplendor. Sevillano de 1977, a veces le hablan de la categoría de aquellos clientes.

Antonio-Miguel Bernal se acababa de incorporar a la Universidad de Sevilla en 1983 después de una etapa de profesor en La Laguna. Coincidió en París con Pedro Romero de Solís -principal muñidor junto a Antonio García-Baquero- y fue quien lo captó para dirigir uno de los cursos del programa fundacional sobre burguesía y empresariado en el desarrollo capitalista de Andalucía. Contó entre los colaboradores con Juan Antonio Carrillo Salcedo y Jaime García Añoveros, que un año antes era ministro de Hacienda.

Algunos alumnos de aquel curso de 1983 se convirtieron en profesores. Uno de ellos, José María O'Kean, llegó a dirigir la sede sevillana de la UIMP. En el primer año fue alumno de dos seminarios, el que José María Sumpsi dirigió sobre la reforma agraria, palabras de la política de entonces y del proyecto del consejero Miguel Manaute, y otro sobre Historia Económica que dirigió Patrick O'Brien, de la Universidad de Oxford.

Eran días de vino y rosas, a juzgar por el enunciado de los seminarios: El ímpetu del Barroco (León Carlos Álvarez Santaló), Tartessos y el mundo de las colonizaciones (Francisco Presedo), Antropología de las Fiestas (Isidoro Moreno). Antonio Ordóñez dirigía un seminario sobre Tauromaquia y Cultura. A Jesús Aguirre, duque de Alba, le debió gustar la experiencia. Dirigió un seminario sobre Ortega y Gasset y el pensamiento europeo de su época y dos años después repitió con los exilios en el pensamiento y en la literatura.

En aquel primer otoño de la Menéndez también dirigieron cursos de corte literario Jacobo Cortines y Juan José Armas Marcelo. La globalización estaba en las jornadas de información sobre Iberoamérica para periodistas españoles (dirigido por Joaquín Tagar) o España y el nacionalismo musical ruso (José Peris Lacasa). Hubo un ciclo de conferencias sobre Diderot.

En 1984 se produjo el encuentro entre Borges, Calvino y Torrente Ballester. En 1989 fue nombrado rector de la UIMP Ernest Lluch. El ex ministro de Sanidad al que asesinó ETA era sobrino nieto del cardenal Lluch, que tiene una calle en Sevilla y estuvo al frente de la diócesis.

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