TIEMPO El último fin de semana de abril llega a Sevilla con lluvia

DERBI Horario y dónde ver el Betis-Sevilla

Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

El beso de Judas

El hijo de Simón el Iscariote representa a los demagogos y populistas

El texto tiene dos mil años, pertenece al Evangelio de San Juan y podría proponerse como parábola de demagogos y populistas. Jesús visita la casa de su amigo Lázaro. María, una de sus hermanas, le unge los pies con una libra de perfume de nardo. Por allí anda Judas Iscariote, que como un tertuliano de radio se escandaliza: "¿Por qué no se ha vendido este perfume por trescientos denarios para dárselos a los pobres?". "A los pobres los tenéis siempre con vosotros, pero a mí no siempre me tenéis", le replica Jesús, el mismo que lo desenmascara en la Última Cena.

En muchas ciudades españolas ha salido por sus calles el misterio del Beso de Judas. El símbolo de la traición. Jesús, fruto del árbol de la cruz, no es un taumaturgo ni un mago, como quieren dar a entender los que le hacen la trampa intelectual más zafia: si vienes a salvar al mundo, sálvate a ti mismo. En la Pasión según san Lucas, se lo dicen en los minutos previos a su expiración los magistrados, los soldados romanos y Gestas, el mal ladrón, al que el bueno, Dimas, el primer santo de la historia del cristianismo, se lo reprocha.

Magistrados, soldados y el mal ladrón se suman al populismo de Judas. Jesús lo sabe y en el ágape más reproducido en la historia le dice: "Lo que vas a hacer, hazlo pronto". No te regodees encima. No te pongas estupendo, que diría el Max Extrella de Luces de bohemia.

El beso de Judas es una metáfora del mundo actual. La traición forma parte de la vida cotidiana y por supuesto de las artimañas de la política. Ya hay quien ve el beso de Judas en el nuevo Gobierno de Castilla y León por la presencia de Vox, que encarnaría al hijo de Simón el Iscariote. Lo dicen desde plataformas afines a un Gobierno que pactó con el mismísimo diablo. Con una diferencia: en Castilla y León acaban de empezar y es un gobierno autónomo; en la Moncloa llevan tres años con el ósculo de Judas y además es un gobierno que representa a todos los españoles. Les vale, sin salirnos de los misterios de Semana Santa y las páginas de los Evangelios, el episodio de la mujer adúltera: "El que esté libre de pecado, que tire la primera piedra". Unos tienen a Judas y otros a Barrabás.

Los pobres siempre están ahí. Y los refugiados, los perseguidos, los marginados, los réprobos. Moneda de cambio entre los políticos bienpensantes. Medio mundo está buscando indicios de apoyo del otro medio a Putin, una fotografía, un correo electrónico, una línea mal leída de Dostoievski, una reliquia de Yashin, una postal del Kremlin, una entrada al Bolshoi… Ese beso de Judas se ha convertido en los telediarios en El beso de la muerte, como la película de Henry Hathaway.

Los fariseos, los escribas y los viejos del Sanedrín son los nuevos dueños del mundo. Ven la paja en el ojo ajeno y no ven la viga en el propio. Su evangelio es el manual de lo políticamente correcto. Haced lo que ellos dicen, pero no hagáis lo que ellos hacen porque nunca hacen lo que dicen. El mejor de los retruécanos de aquel hijo del carpintero que escandalizó a los poderosos con su viaje de Galilea a Judea. La vuelta al mundo en cuarenta días.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios