Están sedientos de glamour? Corran a Venecia. La ciudad de los canales extiende la alfombra roja estos días para recibir a lo más granado del cine internacional. Y miren ustedes por dónde, el despliegue del festival me sirve para reafirmar la proclama que hice apenas una semana de que los 'maduritos' están de moda, y sino fíjense en la expectación que despertaron a su llegada George Clooney y Brad Pitt -que, sintiéndolo mucho por su estampa, ya no puede considerarse el eterno adolescente que era antes-.
De todos modos, el verdadero foco de atención de este año ha estado en la visita estelar de Valentino. Los italianos se están poniendo las pilas y se han dado cuenta que merece la pena importar 'celebrities' de otras artes para pegar la campanada promocional. No lo digo yo, me avalan los hechos. Hagan memoria y recordarán cómo enloqueció Cannes con la llegada de 'Lady Madonna' y Berlín con Maradona. Es el poder de la publicidad, queridos míos.
La fiesta que dio su compatriota, Valentino, en el edificio de la colección Peggy Guggenheim tenía asegurada la presencia de actrices como Gwyneth Paltrow y Uma Thurman. ¿Quién podría faltar a una convocatoria de ese calibre? Lo de menos es que se presentase Valentino: The Last Emperor, un documental sobre una de las figuras más aplaudidas de la Alta Costura.
Sin embargo, al otro lado del Atlántico, se terminaba el show para otro genio al servicio de las estrellas. Me refiero a Paul Starr, el maquillador de actrices como Angelina Jolie, Jennifer Garner y Jessica Alba, que fue encontrado sin vida en su apartamento de Los Ángeles hace apenas unos días.
Starr, de 48 años, trabajó en numerosos proyectos de la industria del cine y la moda, entre los que destacan colaboraciones con las firmas Jean Paul Gaultier y Dolce & Gabbana.
Pero este mundo va muy deprisa y nadie quiere detenerse a ver caer el telón. Ahora todos los ojos están puestos en la ciudad que sirvió de escenario final a Casino Royale, allí donde desfilan sonrientes las bellezas que ayer pasaron por sus manos. C'est la vie.
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