La ventana

Luis Carlos Peris

lcperis@diariodesevilla.es

La canícula y de apoyo, la mascarilla

Está empleándose a fondo esta canícula que disfrutamos desde la víspera de la Virgen del Carmen. Una canícula que se está aprovechando de las ventajas que recibe de la situación para machacarnos más de lo habitual. Reticente a ir este verano a la playa por cuestiones obvias de manifiestas incomodidades, léase mascarilla hasta en la sopa, la puñetera canícula se hace más insoportable de lo acostumbrado. La canícula se hace fuerte con el recalentamiento de la tierra tras un mes de verano y la subida de temperatura en el mar, lo que provoca el caldo de cultivo para estas calores. No en todas partes arranca el mismo día, aquí es el 15 de julio con la vista puesta en el 10 de agosto, festividad de San Lorenzo, santo varón que sí que recibió el calor como martirio en un vuelta y vuelta terrorífico. Convivimos con la canícula desde que nacimos, pero con mascarilla es peor.

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