BAREMO riguroso y que puede determinar la causa de las diferencias actuales entre el Madrid y el Barcelona puede ser el resultado del Balón de Oro. Dos barcelonistas y uno del Madrid, pero no es esta superioridad la que nos lleva a introducirnos por estos vericuetos, no. Creo que la actual supremacía blaugrana no viene determinada por esa cuestión simplemente numérica, sino por otra circunstancia que me parece más trascendente. Y es que mientras el Madrid compra Balones de Oro, el Barcelona los fabrica en su fábrica aledaña al Camp Nou y que se conoce como la Masía por su construcción eminentemente catalana.

Tras haber pasado ya el tren por la vía de Raúl y teniendo en cuenta que los porteros cuentan muy poco para el Balón, el Madrid no tiene otra salida para la cosa galáctica que ir tirando de chequera. Los últimos madridistas en conseguirlo fueron Figo, Owen, Ronaldo y Cannavaro, pero los cuatro salieron triunfadores por los méritos cosechados con otra camiseta. Figo de blaugrana, Owen como red del Liverpool, Ronaldo con la canarinha en el Mundial 2002 y Cannavaro por defender como defendió a Italia en el de 2006. Antes había comprado a Zidane, pero en toda la historia sólo Di Stéfano y Kopa, que no eran canteranos, lo ganaron como madridistas.

Ahora, dos a uno a favor del Barça, pero los dos barcelonistas, Messi y Xavi, fueron amamantados futbolísticamente en la Masía, mientras que el madridista, Cristiano Ronaldo, costó lo que costó. Y no llegó sólo el portugués, sino otro balón áureo como Kaka que también lo conquistó bajo otro pabellón. Ahí puede estar la diferencia entrambos colosos y otra prueba también determinante está en las alineaciones de ambos el pasado sábado. No me gusta el calificativo de mercenario porque, al fin y al cabo, todo asalariado puede ser así definido, pero no cabe la menor duda de que la filosofía del Barça va más con la esencia de lo que el fútbol debe ser. ¿O no?