Jornada vigesimocuarta y tienen los nuestros la posibilidad de sendas conquistas. Por un lado y yendo a la observancia del orden cronológico, cuenta el Sevilla con la posibilidad de doblar los puntos de un Villarreal que hasta hace nada fue enemigo directo para que a su finalización en tierras de La Plana le llegue al Betis la oportunidad de suplir al Alavés en esa sexta plaza que sirve, entre otras cosas, para repetir experiencia continental.

Son dos objetivos a plazo inmediato, pero el guiso tiene más ingredientes en los que conviene detenerse para analizarlos adecuadamente. Para empezar, la victoria del Sevilla en la Ciudad Eterna debería servirle para arrojar lejos de sí ese complejo de visitante inocuo que hace que no gane pleitos ligueros como viajero desde el mes de septiembre en Ipurúa. Y como la segunda competición continental la tiene tan asumida, bien podría servirle de plataforma de lanzamiento.

A la terminación de ese choque con un Villarreal que también halla en Europa lo que se le niega en suelo patrio, el Betis recibe a un Alavés que, sorprendentemente, se ha erigido en enemigo directo. De la mano del competente Abelardo, el equipo babazorro está cuajando una Liga sensacional y aventaja al Betis en tres puntos. Y si hace poco apelábamos al viejo dicho de la cuña y la madera, cuidado con esta tropa vitoriana que tiene en sus filas a dos descartados por Setién, conque a ver si...

El Betis se sacudió en Rennes de parte del estigma de Leganés y de su arranque del jueves en la capital bretona. Afortunadamente, el equipo del increíblemente cuestionado Setién visó en Francia su vitola de invicto en Europa y eso debería servir para pacificar mentes en condiciones de normalidad, sólo, claro, en unas condiciones de normalidad que rara vez se producen en el nido verde, blanco y verde. O sea que amanece un domingo con objetivos muy definidos a cumplir.