FERIA Toros en Sevilla hoy | Manuel Jesús 'El Cid', Daniel Luque y Emilio de Justo en la Maestranza

el medio centro

Carlos Izquierdo /

La eterna mística del boxeo

La victoria de Márquez sobre Pacquiao en Las Vegas volvió a reflejar lo imprevisible de este deporte

NINGÚN deporte ha sido retratado en el cine como el boxeo. Se pueden encontrar maravillas de otras disciplinas como He got game (baloncesto), Un domingo cualquiera (fútbol americano), Tin Cup (golf) o El orgullo de los Yankees (béisbol). La reciente Moneyball es extraordinaria, pero no habla de béisbol ni de deporte sino de la vida. Pero, decíamos, ningún deporte ha sido tan bien mostrado en el cine como el boxeo, quizá porque una lona encuadrada en 12 cuerdas -las 16 actuales casi ofenden- muestra en su pequeño universo las miserias y grandezas de cada uno de nosotros.

Es la mística del boxeo que nunca se acaba por mucho que algunos apenas hablen de guantes sino para desprestigiarlos. El boxeo son noches en silla de ring de gente dudosa con el sombrero puesto en un recinto delirante y lleno de humo. El boxeo es Jake La Motta olvidada su gloria y haciendo varietés en un garito de mala muerte. Es Norman Mailer corriendo junto a Alí antes del combate más espectacular que el mundo haya visto, bajo una tormenta frente a Foreman en Zaire. Es un viejo Frazier en un gimnasio de Philadelphia negando el perdón solicitado por Alí 30 años después de la batalla de Manila. Es el viejo Cus D'Amato viendo desde la esquina cómo su protegido, su niño Mike Tyson, se convierte en uno de los más grandes de los pesados.

El mundo se volvió a parar este fin de semana para emocionarse con el boxeo. Con 39 años y al borde del retiro, Dinamita Márquez llegaba a Las Vegas para encontrarse con su némesis, el gran Manny Pacquiao. Fue el sábado, en el sexto asalto, con la nariz rota, sangrando a borbotones y con la gloria esfumada cuando el mexicano encontró un directo a la contra que fulminó al filipino. Del futuro gimnasio de tercera donde rumiar derrotas que nunca debieron producirse a leyenda eterna en un segundo. La vida misma. Tendrá una película. Y será muy buena.

Tags

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios