Preciosa exposición en un espacio único. La memoria del toreo reflejado por cámaras tan insignes como las de Baldomero, Aguayo o Serrano y en unas galerías tan exclusivas como las del Archivo de Indias. Desde el jueves se exponen unas fotografías bastante explícitas sobre la importancia del toreo en la vida de un país que ni siquiera en la guerra más incivil que recoge la historia paró su andadura. Fotografías a caballo entre los siglos XIX y XX que recogen anécdotas entrañables y hechos cruciales. Por ejemplo, ver cómo el gran Chicuelo le entrega sus honorarios, de luces y en plena Maestranza, a Vela, un novillero que hizo el paseo con él cuando debutó en Sevilla, que luego fue su mozo de espadas y que a su jubilación recibió esa paga del de la Alameda. Muchas fotos, bastante documentación y un marco incomparable, el herreriano edificio de la antigua Lonja.