Vía Augusta
Alberto Grimaldi
La conversión de Pedro
Quieren montar una pelotera porque el Ateneo ha “politizado” la Cabalgata nombrando Rey Mago Baltasar al presidente de la Junta. Parecen olvidar que otros años fueron elegidos Manuel del Valle, Luis Uruñuela, José Rodríguez de la Borbolla, Alejandro Rojas-Marcos, Alfonso Garrido, Javier Arenas, Alfredo Sánchez Monteseirín, Juan Ortega o Juan Espadas, políticos en activo pertenecientes a tres partidos distintos. El Ateneo no tiene color político. O los ha tenido todos sin que ello supusiera ni suponga instrumentalización de la institución. Es plural desde su fundador y primer presidente, Manuel Sales y Ferré, progresista editor y estudioso, entre otros muchos valores como sociólogo e historiador, de la obra de Sanz del Río y “formado por entero dentro de la corriente krausista”, como se dice en un boletín de 1899 de la Institución Libre de Enseñanza. En su directiva ateneísta figuraban el republicano Alejandro Guichot, el conservador Cano y Cueto, el prócer –como entonces se decía–, empresario y político Miguel Sanchez-Dalp y Calonge, el erudito y muy conservador canónigo Mateos Gago o el coronel, senador y alcalde de Sevilla Augusto Plasencia.
A esta acusación sin fundamento, vista la historia, de “politizar” la Cabalgata nombrando al presidente de la Junta en un año electoral, se añaden otras relacionadas con el deterioro de la sanidad pública y el escándalo de los cribados, de tan graves consecuencias. Pero cuando fue nombrado el pasado mes de julio no se conocía. Y sustituirlo por estas razones, como se pide, supondría convertirlo, no en responsable político (responsabilidad que asumió, cosa por cierto muy rara en nuestro país), sino en culpable. Politizando, ahora sí de forma escandalosa en año electoral, la Cabalgata. Con una deriva miserable y anónima en las redes sociales.
“Queremos que [los niños] tengan una experiencia mágica y sin distracciones polémicas” que amenacen “empañar esta magia”, dicen quienes piden que por estas razones se sustituya a Moreno. Que no se preocupen. Nadie le votará el próximo junio porque haya sido Rey Mago. Y, lo que es más importante, los niños no verán al presidente de la Junta, sino a Baltasar. Déjese en paz al Ateneo, creador y responsable desde 1918 de Cabalgata a través de las tormentas y las calmas de la historia.
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