Cuchillo sin filo

Francisco Correal

fcorreal@diariodesevilla.es

La noche de Esteso y Pajares

Triunfaron los cantautores: Sabina, Labordeta y Perales ('¿Por qué te vas?')

Como le daban el Goya de honor (a título póstumo) al director de La Caza, el presidente del Gobierno se fue de montería. Sentado en Fibes en la gala de los Goya, en el año del cincuentenario de la muerte de Picasso, con las Montero, Irene y María Jesús. La ministra de Igualdad que ha comprobado con su ley estrella que lo mejor es enemigo de lo bueno y la titular de Hacienda a quien el presidente, sabiendo que vale para un roto y para un descosido, le ha encargado la misión de desfacer el entuerto, por decirlo al cervantino modo. De montería en Sevilla Este unos días después del contencioso de los perros de caza en el debate de la ley de Bienestar Animal. Recuerdo un best seller argentino: No sé si casarme o comprarme un perro. La coalición en el patio de butacas, en la misma fila donde estaban Juanma Moreno, el alcalde de Sevilla, Antonio Muñoz, y Núñez Feijóo.

Ni As bestas ni Modelo 77. Los triunfadores de la noche fueron Esteso y Pajares. La pareja que tanto hizo moverse la taquilla como tándem de las películas de Mariano Ozores mientras se rasgaban las vestiduras los eruditos a la violeta. Fernando Esteso es paisano de Carlos Saura y además rindió tributo a Agustí Villaronga, cineasta recientemente fallecido. El actor aragonés trabajó a sus órdenes en Incierta Gloria, título perfecto para esta apoteosis de premios que se propinan los cineastas: Feroz, Carmen, Asecan, Goya. Los honores deshonoran, escribió Alejo Carpentier. He visto a Pajares en el nombre de una empresa de autocares: Paulino. El replicante masculino de Carmen Maura en ¡Ay, Carmela!, la adaptación de la obra de Sanchís Sinesterra que llevó al cine Carlos Saura. Lo realmente difícil en el caso de Esteso y Pajares, versátiles parta triunfar en el cine de autor que va a los festivales y merece los parabienes de la crítica, es sacar de sus casas a millones de espectadores que se tronchaban en películas como Los bingueros o Yo hice a Roque III. No hay psicoanalista que alcance los beneficios de esa terapia en un cine que ahora goza de la misma reprobación que las películas de Buñuel, Bardem, Borau o el joven Saura recibían en el franquismo. La Viridiana de Ozores.

Fue también la gala de los cantautores. Triunfó Sabina horas antes de su cumpleaños por el documental de Fernando León de Aranoa. Nació un 12 de febrero, el día de aquel aquelarre político de Arias Navarro. Su amigo Leyva (que cogió el sobrenombre del colchonero Leivinha) recogió el Goya emulando el olímpico de Amberes a mí Sabina, que los arrollo. Triunfó Labordeta, un Goya para su mochila en la persona de su hija. Un cantautor en el hemiciclo. En la época de los curas obreros, un amigo se casó en Aluche cantando todos en la iglesia como aleluya laico Habrá un día en que todos al levantar la vista veremos una tierra que ponga libertad. Y triunfó por alusiones José Luis Perales, Brassens de Cuenca, cuando Juliette Binoche, en ausencia de Jeanette, tarareó el ¿Por qué te vas? de la película Cría Cuervos del director de La Caza en noche de montería. Que suena a patio del Alcázar.

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