Noche de celebración festiva y vellos de punta para lo de esta noche en Nervión. Un motivo para engancharse con la nostalgia en recuerdo al hombre que logró el jueves más alegre que el sevillismo vivió en muchísimo tiempo. O, quizás, en todo el tiempo de un club centenario no se vivió algo parecido a lo que ocasionó el zurdazo de Antonio Puerta aquella noche de Feria de 2006 que pondría al Sevilla en la locura que fue Eindhoven.

Aquel zurdazo con el empeine externo al palo contrario generó, como pregona Palop, el rugido más fuerte jamás escuchado en el coliseo de Dato. El Sevilla alcanzaba su cota más alta meses después de cumplir cien años de existencia. Es más, aquello entró de pleno derecho en los fastos de un Centenario rico en disgustos durante su año natural. Y para colmo, luego, año y cuatro meses después del gol al Schalke vendría el drama en la noche triste del Getafe junto a Gol Norte.

Antonio Puerta se hizo legendario aquel triste agosto de 2007 y está muy bien que el Sevilla haya tenido la ocurrencia de invitar al Schalke 04 al Memorial que cada año recuerda a Puerta. Ha sido un rapto de sensibilidad traer a unos alemanes que fueron los grandes damnificados en aquel jueves de Feria. Agotado el cupo de rivales andaluces, que sean los renanos de Gelsenkirchen los elegidos le da un plus de emotividad a una celebración de material tan sensible de por sí.

Casi doce años después sigue muy vivo el recuerdo de Puerta y a mí me parece que fue ayer cuando cerveceamos juntos en el Eslava. Días después, el drama y un año más su recuerdo en la yerba de Nervión. Además ha dicho Castro que no es descartable una invitación al Betis, con lo que se renovaría aquel Espíritu Puerta que tanto unió a ambas orillas. Claro que en honor a la verdad, la experiencia dicta que los derbis sólo son aconsejables por imperativo del calendario.