Las dos orillas
José Joaquín León
Noticia de Extremadura
A los amigos se les conoce en las mudanzas y a los comerciantes cuando el Ayuntamiento anuncia obras y les levanta la calle. Nunca nada ha sido igual desde que el alcalde Monteseirín puso patas arriba la Avenida y la Plaza Nueva por la construcción del tranvía. Se acabaron la conocida como milla de oro de la alta costura y el acceso directo en autobús urbano. La letanía de quejas fue interminable. Los damnificados fueron ciertos. Pero hubo una empresaria que no sacó el pañuelo para llorar, ni llamó a los medios de comunicación para denunciar el bajonazo en las ventas. Nuria Cobo vio el momento de apostar por el comercio digital, pues su tienda de la calle Méndez Núñez se vio lógicamente afectada al perderse el flujo de 70.000 viajeros que Tussam dejaba cada día en la Plaza Nueva. No echó cuenta de quienes suelen ejercer de agoreros. Como Ulises con las sirenas, se tapó los oídos para no atender los cánticos de esos sevillanos malajes que siempre se ponen en lo peor porque, en el fondo, temen el avance del prójimo. Cobo salió más fortalecida de aquella enorme transformación urbana. Tan fue así que un día nos lo reconoció un miembro de aquel gobierno local. Estaban asombrados de la valentía de esta empresaria, de su olfato y de su capacidad de ser pro-activa.
Ahora le han levantado la calle Méndez Núñez, donde tiene un comercio precioso en el número 7. Las ventas se resienten en torno a un 25% y, cómo no, lucha a diario contra el polvo habitual de toda obra. Pero sonríe, reconoce el acierto del gobierno del PP de arreglar la calle de una vez por todas y elogia que la empresa adjudicataria no pare de trabajar ni los sábados. No solo no se queja, sino que refiere que en su tienda se encargaban de atender durante muchos años a los viandantes que se caían por el mal estado del pavimento. ¡Cómo no recordar a aquella turista alemana que se dio de bruces contra el firme! Nuria Cobo es un ejemplo de empresaria optimista, que convierte las adversidades en oportunidades, se ha forjado una sólida marca personal como emprendedora de éxito en Sevilla y, ¡fíjense!, entiende que el interés general consiste en arreglar una calle que, además, beneficiará al comercio para siempre. No es casualidad que en los últimos veinticinco años se haya convertido en la emperatriz del zapato en Sevilla y más allá gracias a las conexiones digitales. Tuvo todos los pretextos para pegar el persianazo, pero se transformó y salió fortalecida. Ni las obras, ni la crisis de 2008, ni la pandemia pudieron con su marca de éxito. Quejarse es perder el tiempo, genera toxinas y empequeñece. Esta Cobo hace camino al pisar (fuerte) y sonreír. Y en breve en la plataforma única de Méndez Núñez, la calle de su vida.
También te puede interesar
Lo último