La ventana

Luis Carlos Peris

Lo peor de todo son las reacciones

22 de junio 2010 - 01:00

AUNQUE el terrorismo que se embosca en las redes sociales para campar impunemente a sus anchas intente torpedear mi sensibilidad con argumentos zafios, el ataque perpetrado al Gran Poder lo he sentido en mis carnes. Posiblemente sea una ridiculez a ojos de esos francotiradores, pero me sentí profundamente dolido porque el Señor ocupa un lugar preeminente en mi vida desde que fuese cada viernes a verlo de la mano de mi padre. Posiblemente, esa gente que se arroga la progresía más casposa que hubiésemos podido imaginar vea ridícula esta forma de querer a ese trozo de madera que, mediante Juan de Mesa, tomó la imagen del auténtico Hijo de Dios. Ya sé que todo fue obra de un desequilibrado y que no hay por qué extrapolar el hecho a una conducta generalizada, pero sí son para tocarse la ropa muchas de las reacciones registradas en esa mal empleada tecnología que es internet.

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