Rafael?Zabaleta

17 de noviembre 2025 - 03:05

Días pasados, en estas mismas páginas, se aludía a la conveniencia de dar mayor visibilidad, fuera de sus propios entornos, a obras artísticas andaluzas que permanecen recluidas en los lugares que, por un motivo u otro, les asignó la suerte. Lugares fijos que suelen ser museos o instituciones similares, que cumplen con la necesaria función de cuidado y conservación, pero que les limitan las posibilidades de ser conocidas y contempladas por personas de otras comarcas. Sufren, pues, una injusta postergación no merecida. Por tanto, corregir estos desequilibrios y abrir su visibilidad a todos, debería ser labor de las instituciones andaluzas, sobre todo de las dependientes de la Junta. Deprime que por falta de interés o indolencia haya valiosas obras y artistas que permanecen en un triste olvido. Olvido cuya causa aún puede ser más preocupante, si la obra preterida lo es, por estar situada en una de esas comarcas de la Andalucía profunda, lejana y sola, que lleva décadas esperando ser redimida. Recuperar una obra marginada implica riesgos, porque exige conocimientos, y ponerla en valor cuesta mayores inversiones. Por tanto, siempre es más fácil conmemorar, una vez más, algún episodio cuyo éxito público esté asegurado. Un buen ejemplo de este tipo de política cultural que insiste en la repetición de lo mismo sin asumir riesgo alguno, puede captarse en el olvido casi total en que ha caído uno de los más valiosos pintores andaluces del siglo XX: Rafael Zabaleta. Un gran pintor que cuenta, precisamente, con un gran museo, en Quesada, su tierra natal, completamente dedicado a exhibir obra tan personal y significativa. Pero, para desgracia, a este respecto, de Zabaleta, Quesada se encuentra en la proximidad de Sierra Cazorla, un lugar maravilloso, pero perdido, en la siempre lejana provincia de Jaén. A los otros andaluces habría que estimularlos mucho para que llegasen hasta allí, sólo para contemplar unas pinturas. El viaje merece la pena, y habría que estimularlo, difundiendo y explicando la calidad del artista. Y de no hacerse así, cuando menos se deberían exhibir sus cuadros por otras ciudades andaluzas. Si no se realiza ni una cosa ni otra, pronto a Rafael Zabaleta lo habrá devorado el olvido, menos, por fortuna, para los habitantes de Quesada.

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