¡Oh, Fabio!
Luis Sánchez-Moliní
Florido erial
Igual que el mal, el terror nocturno no descansa. Por eso uno no debería espantarse ahora si le da por soñar con una Santa Mujer Verónica con cara de Miriam Nogueras o si aprecia aterradoramente que en otro viscoso sueño la simbólica Virtud Teologal de la Fe se parece a Ada Colau o incluso –sería lo suyo– a la pepera Dolors Montserrat. Dios nos libre de tal desvarío, dado que uno de los encantos del cortejo de la cofradía de Montserrat el Viernes Santo lo forman estas dos figuras representadas por hermanas de la corporación. Delirando, hasta podríamos ver al Mal Ladrón del paso de la Conversión convertido en nuestro catalán más detestado y al Buen Ladrón transfigurado en el catalán más querido.
Pesadilla o desvarío o las dos cosas, la aterradora aleación entre espectros catalanes y el Viernes Santo tiene su explicación. Ocurre que en estos días la hermandad sevillana viaja a la montaña de Montserrat en Cataluña con ocasión del milenario de su abadía benedictina y de los 425 años de la fundación de la cofradía por obra de los catalanes llegados a Sevilla en plena Carrera de Indias. Si Cataluña no es España para indepes y equidistantes (incluidos ciertos monjes de la abadía de Montserrat), va a ser que Cataluña sí es Sevilla gracias a la diplomacia mariana.
La hermandad ha organizado una peregrinación a la abadía. Llevada expresamente a Montserrat, la dolorosa del palio de crestería renovará con la Moreneta el vínculo que las une en el largo entretanto del tiempo. El 5 de febrero de 1611 la cofradía de los mercaderes de paños se agregó oficialmente al Monasterio de Nuestra Señora de Montserrat. Ya en el XIX, diluida la presencia catalana, la cofradía cobraría el sello romántico conferido por la pequeña Corte de los Montpensier.
Recuerda uno la mañana aquella del Viernes Santo en la capilla de Montserrat, cuando escuchó cantar una salve en catalán por unas colegialas de la tierra. No sé si era el Nigra Sun de Pau Casals. Cantaban a la imagen cuyo manto decimonono lleva bordado un collar de la Orden de Carlos III, la corona española, el toisón de oro, castillos y leones con flores de lis y las cruces de Alcántara y Calatrava. Españolidad y catalanidad fundidas. Qué peor pesadilla –esta sí que sí– para Sílvia Orrols, hermana mayora de Aliança Catalana. Por si fuera poco, hasta la Escolanía de Montserrat canta ahora en español en el disco Lux de Rosalía.
También te puede interesar
Lo último